Ayer, una de las grandes estrellas de Hollywood, y de la infancia de los que nacimos entre 1980 y 2000, fue encontrado muerto
en su domicilio en California.
Actuó en incontables
películas y nos sacó más de una carcajada gracias a su humor blanco (y un poco de pastelazo), pero siempre con personajes
que dejaron el lugar a la reflexión personal. Su nombre: Robin
Williams.
Esta es una pequeña enumeración de su vasta
filmografía:
Hook. “El Regreso del Capitán Garfio”
En esta cinta Williams interpretó a Peter
Pan, un personaje ya por todos conocido con sus aventuras en el país de Nunca
Jamás; sin embargo, la historia se narra de modo diferente, ahora Peter es un
adulto con responsabilidades y todas esas cosas, y un día, al visitar a la
abuela Wendy (interpretada por Maggie Smith),
sus hijos son raptados por el Capitán Garfio (interpretado por otro
grande: Dustin Hoffman). Una película que muestra cómo nos alejamos de las
fantasías y los sueños cuando llegamos a la edad adulta, y cómo nunca deberían
olvidarse esos sueños para así poder comprender más a los hijos.
Mrs. Doubtfire “Papá por siempre”
Aquí, Williams representa a Daniel, un
actor que ha echado a perder su matrimonio a raíz de la indisciplina con que se
procede para con sus hijos. Una orden de restricción le impedirá verlos y en
razón de ello, toda vez que su exesposa tiene que trabajar, se disfraza de la Sra.
Doubtfire para acceder al puesto de niñera que ella solicita. De ese modo,
encuentra la manera de seguir conviviendo con sus hijos. Aquí Williams nos
llevó al otro extremo: el padre que todo les consecuenta a sus hijos, y el que
hace travesuras aún peores de las que se esperarían de un niño. Aún así, nos
hace reflexionar a la medida que crece el personaje, en que quizá, la relación
de pareja pueda no funcionar, pero eso no significará nunca que ambos puedan
ser excelentes padres.
Dead Poets Society “La sociedad de los poetas muertos”
Aquí, Williams nos interpreta a un profesor
en una antigua y estricta academia norteamericana, quien insta a sus
estudiantes a concebir la poesía y la literatura en forma diferente. Así,
cuatro de sus estudiantes se interesan en su pasado y descubren que formó parte
en su juventud de un llamado “club de los poetas muertos”, el cual deciden
recrear, teniendo la guía del profesor. Así las cosas, su pensamiento diferente
y atrevido con las artes le causa problemas a uno de los estudiantes con su
padre, puesto que el estudiante quiere ser actor y su padre al parecer no tiene
intención de que su hijo cumpla con ese sueño. El joven termina suicidándose.
Aquí, la moraleja fue la búsqueda de los
ideales propios y la necesidad de no buscar cubrir las expectativas de nadie. Así
como de atenerse a las consecuencias de los actos propios.
Esta actuación le valió una nominación al Óscar.
Patch Adams
Williams ahora es médico. En esta película,
basada en una historia real, Williams interpreta a un médico que revoluciona la
forma de ver la medicina y maneja la risa y el humor como un factor importante
para la salud humana. ¡Y de verdad que lo es!
El Dr. Gregory House alguna vez dijo que se había convertido en doctor gracias a esta película. (Es obvio que fue sarcasmo)
Aladdín
El último diálogo de esta película motivó
el título de esta entrada. En esta película Williams da voz al divertido genio
que se encuentra dentro de la lámpara que Aladdín encuentra. El genio le hace
un príncipe para así tratar de conquistar a la princesa Jazmín, pero tras un
altercado en el que el villano Jafar intenta impedir a toda costa las nupcias y
roba la lámpara, Aladdín pierde todo lo que el genio le había dado. Jazmín finalmente
se entera de quién es verdaderamente Aladdín. Al final, la moraleja, impartida
por el propio genio es que no se puede fingir ser algo que no se es, es más
valioso ser uno mismo.
Williams, ganador de un premio Óscar por Good Will Hunting, y nominado para otros
dos, Good Morning Vietnam, Dead Poets
Society y The Fisher King, falleció ayer, y verdaderamente este genio de la
reflexión cómica deja un espacio de imposible reparación; estoy seguro que ha
marcado una época completa en la comedia sana, y en la infancia de la mayoría
de quienes vivimos en la década de 1990. Te extrañaremos, Robin.