martes, 12 de agosto de 2014

Especial: Robin Williams, “Genio, eres libre”


Ayer, una de las grandes estrellas de Hollywood, y de la infancia de los que nacimos entre 1980 y 2000, fue encontrado muerto en su domicilio en California.
Actuó en incontables películas y nos sacó más de una carcajada gracias a su humor blanco  (y un poco de pastelazo), pero siempre con personajes que dejaron el lugar a la reflexión personal. Su nombre: Robin Williams.
Esta es una pequeña enumeración de su vasta filmografía:




Hook. “El Regreso del Capitán Garfio”

En esta cinta Williams interpretó a Peter Pan, un personaje ya por todos conocido con sus aventuras en el país de Nunca Jamás; sin embargo, la historia se narra de modo diferente, ahora Peter es un adulto con responsabilidades y todas esas cosas, y un día, al visitar a la abuela Wendy (interpretada por Maggie Smith),  sus hijos son raptados por el Capitán Garfio (interpretado por otro grande: Dustin Hoffman). Una película que muestra cómo nos alejamos de las fantasías y los sueños cuando llegamos a la edad adulta, y cómo nunca deberían olvidarse esos sueños para así poder comprender más a los hijos.









Mrs. Doubtfire “Papá por siempre”

Aquí, Williams representa a Daniel, un actor que ha echado a perder su matrimonio a raíz de la indisciplina con que se procede para con sus hijos. Una orden de restricción le impedirá verlos y en razón de ello, toda vez que su exesposa tiene que trabajar, se disfraza de la Sra. Doubtfire para acceder al puesto de niñera que ella solicita. De ese modo, encuentra la manera de seguir conviviendo con sus hijos. Aquí Williams nos llevó al otro extremo: el padre que todo les consecuenta a sus hijos, y el que hace travesuras aún peores de las que se esperarían de un niño. Aún así, nos hace reflexionar a la medida que crece el personaje, en que quizá, la relación de pareja pueda no funcionar, pero eso no significará nunca que ambos puedan ser excelentes padres.


Dead Poets Society “La sociedad de los poetas muertos”

Aquí, Williams nos interpreta a un profesor en una antigua y estricta academia norteamericana, quien insta a sus estudiantes a concebir la poesía y la literatura en forma diferente. Así, cuatro de sus estudiantes se interesan en su pasado y descubren que formó parte en su juventud de un llamado “club de los poetas muertos”, el cual deciden recrear, teniendo la guía del profesor. Así las cosas, su pensamiento diferente y atrevido con las artes le causa problemas a uno de los estudiantes con su padre, puesto que el estudiante quiere ser actor y su padre al parecer no tiene intención de que su hijo cumpla con ese sueño. El joven termina suicidándose.
Aquí, la moraleja fue la búsqueda de los ideales propios y la necesidad de no buscar cubrir las expectativas de nadie. Así como de atenerse a las consecuencias de los actos propios.
Esta actuación le valió una nominación al Óscar.

Patch Adams

Williams ahora es médico. En esta película, basada en una historia real, Williams interpreta a un médico que revoluciona la forma de ver la medicina y maneja la risa y el humor como un factor importante para la salud humana. ¡Y de verdad que lo es!

El Dr. Gregory House alguna vez dijo que se había convertido en doctor gracias a esta película. (Es obvio que fue sarcasmo)


Aladdín

El último diálogo de esta película motivó el título de esta entrada. En esta película Williams da voz al divertido genio que se encuentra dentro de la lámpara que Aladdín encuentra. El genio le hace un príncipe para así tratar de conquistar a la princesa Jazmín, pero tras un altercado en el que el villano Jafar intenta impedir a toda costa las nupcias y roba la lámpara, Aladdín pierde todo lo que el genio le había dado. Jazmín finalmente se entera de quién es verdaderamente Aladdín. Al final, la moraleja, impartida por el propio genio es que no se puede fingir ser algo que no se es, es más valioso ser uno mismo.







Williams, ganador de un premio Óscar por Good Will Hunting, y nominado para otros dos, Good Morning Vietnam, Dead Poets Society y The Fisher King, falleció ayer, y verdaderamente este genio de la reflexión cómica deja un espacio de imposible reparación; estoy seguro que ha marcado una época completa en la comedia sana, y en la infancia de la mayoría de quienes vivimos en la década de 1990. Te extrañaremos, Robin.




lunes, 28 de julio de 2014

La Caída: Alemania también sufrió en la II Guerra Mundial


El tema de la Segunda Guerra Mundial es uno de los favoritos de todo el género cinematográfico, en particular de Hollywood, pero en general, sus innumerables retratos fílmicos provienen de todas partes del mundo, y pareciera que el mundo del cine no se cansa de este escabroso pero a la vez fascinante tema.
Ver películas de este tema es muy ilustrativo, aunque si soy honesto, el corte hollywoodense termina por cansar al momento en que uno ve su quinta película del tema; pero esta, como se verá posteriormente, no es el caso.

Ficha Técnica:

Nombre original: Der Untergang
Nombre en español: “La Caída” (México y resto de América Latina) “El Hundimiento” (España), conocida en inglés como “Downfall”.
Dirigida por: Oliver Hirschbiegel
Protagonistas: Bruno Ganz,  Alexandra Maria Lara, Corinna Harfouch, Ulrich Matthes, Juliane Köhler, Heino Ferch, Christian Berkel, Thomas Kretschmann
Estreno original: 8 de septiembre de 2004.
Estreno en México: 26 de agosto de 2005.


Sinopsis

Traudl Junge se convierte en la secretaria del Führer, y en abril de 1945 se encuentra en Berlín, en el búnker que sería la perdición de Adolf Hitler. Las fuerzas aliadas (soviéticas) han llegado a las afueras de Berlín tras una serie de avances enormes suscitados desde la batalla de Stalingrado.
Los oficiales alemanes están convencidos ya de que la guerra es insostenible y que se perderá; y sugieren al führer la retirada de Berlín. Férreamente, Hitler se niega a abandonar la capital alemana, aduciendo que con un ataque directo de las tropas comandadas por el oficial Steiner se podrá contrarrestar al ejército rojo.
Entretanto, Heinrich Himmler, uno de los oficiales de más alto rango en la Alemania Nazi, empieza a realizar gestiones para buscar la paz con los aliados sin consultar a Hitler, que se mantiene bajo la premisa de “nunca otro noviembre de 1918” (recuérdese que el 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial; y que meses después se formalizaría definitivamente mediante el Tratado de Versalles).
Steiner, con el poco parque que tiene, no puede realizar el ataque encomendado, y de esa forma, cuando Hitler se entera, tiene un colapso nervioso de proporciones épicas, reconociendo ya desde entonces, que la guerra está perdida. No obstante, eso no lo hace abandonar Berlín, ni buscar la rendición incondicional.
Eso provoca que la orden sea clara y precisa, los alemanes deben utilizar sus armas para atacar al enemigo y hacer el más daño posible; y con la última, suicidarse.
Jóvenes, adultos, militares y civiles están dispuestos a defender a su país. Las estaciones del metro se han convertido en auténticos hospitales donde las escenas son desgarradoras.
El 30 de abril de 1945, Adolf Hitler se casa con su hasta entonces novia Eva Braun, y después de eso, se suicida en su búnker.
La historia prosigue hasta el momento en que quienes estaban en el búnker son capturados por el ejército rojo, Traudl Junge logra cruzar el cerco por ser mujer. La historia termina con el testimonio de una anciana Traudl, quien cuenta la historia.

Crítica


El común denominador de la mayoría de las cintas sobre la Segunda Guerra Mundial es que son filmes creados:
  1. Para demostrar la valentía de los soldados aliados, o bien
  2. Para demostrar el enorme sufrimiento de los judíos durante el Holocausto.

Así tenemos, por mencionar sólo algunas, películas como La Lista de Schindler, Rescatando al soldado Ryan, El pianista, La vida es bella, Tora!, Tora!, Tora!, Tora!; Pearl Harbor, y un larguísimo etcétera de producciones –hollywoodenses o no- creadas bajo las dos premisas precedentes.
Esta película es una producción europea, que sale además de la eterna premisa de “todas las películas deben estar habladas en inglés, porque es el idioma oficial del cine”, al estar hablada en alemán; muestra una Alemania devastada por la guerra; una población civil que vive en carne propia los estragos de la aventura hitleriana, la escasez, los bombardeos. La muerte es palpable en las escenas exteriores, la forma en cómo los soldados defienden hasta el último milímetro del territorio de su devastada capital.
Además, muestra a un Hitler degradado, acosado por los estragos de la guerra que él mismo inició, por los errores cometidos estratégicamente, y desalmado al decir con toda certeza “en esta guerra no hay civiles”; afectado por ver su mundo perfecto derrumbarse ante sus ojos a una velocidad atronadora.
Las actuaciones, específicamente la de Bruno Ganz dando vida al führer es estupenda. Las escenas bélicas son bien trabajadas y no piden nada a las superproducciones norteamericanas. La escenografía y dirección de arte son fascinantes, que logran verdaderamente mostrar el panorama completo de la vida durante la Segunda Guerra; la vida de los berlineses en ese momento de su historia, donde la guerra estaba completamente perdida, pero su líder se negaba a rendirse; y el convencimiento de algunos de que su führer aún podía salvar la guerra.
Eso sí, es extremadamente violenta, no apta para menores de 15 años, y definitivamente es otra cara de la moneda que poco se nos muestra en las producciones de Hollywood; dado que muestra el sufrimiento del pueblo alemán ante la guerra más mortífera de la historia de la humanidad.
La recomiendo ampliamente, por todos sus detalles, aunque también debo advertir que es un poco larga, y si el espectador espera estar viendo a Hitler matando gente a diestra y siniestra, no encontrará lo que busca; si lo que se busca es un retrato histórico del abril de 1945 en Berlín, definitivamente lo encontrará.
No pasa inadvertido que esta película no muestra, ni por asomo, el holocausto o datos tendientes a favor o en contra del mismo; lo cual es comprensible ya que en Berlín no había campos de concentración y Auschwitz había sido desmantelado por el ejército ruso en enero de 1945, de manera que no habría razón histórica para añadir tal evento.

Esta escena ha sido objeto de múltiples parodias a través de internet, esta es la original, aunque si alguien desea divertirse un poco, puede teclear "Hitler se entera" en YouTube para ver de lo que estoy hablando:

Mi valoración personal:

9.7


sábado, 5 de julio de 2014

Aura: el filo de la irrealidad.


Carlos Fuentes (Panamá, 11 de noviembre de 1928 – Ciudad de México, 15 de mayo de 2012), fue uno de los más prolíficos autores latinoamericanos del siglo XX, y su texto “Aura” es una de las obras más importantes de la literatura moderna mexicana.
Por esta ocasión, y rompiendo el esquema de mis anteriores publicaciones, no efectuaré la amplia sinopsis de esta obra, en primer lugar por la extensión de la novela en cuestión (apenas 62 páginas a doble espacio), y en segundo lugar dado que la trama se presta a demasiadas interpretaciones.
Baste decir entonces, a modo de sinopsis, que un anuncio en el periódico lleva a Felipe Montero a la vieja y ancestral calle Donceles en el centro de la Ciudad de México, donde solicitan, al parecer, un historiador con todo su perfil. Al llegar a aquella casa es contratado de inmediato para la compilación de unas viejas memorias de un general francés de la época de Maximiliano (debe tenerse en cuenta que la obra se escribió allá por 1962). La casa se encuentra permanentemente en penumbra, y sólo se encuentra habitada por la viuda del general, Consuelo, y Aura, sobrina de Consuelo, joven de sorprendente belleza, pero las apariencias engañan. El joven Felipe descubrirá al final de las 62  páginas que la juventud y la vejez pueden encontrarse en el mismo lugar.

Crítica

Esta novela ha sido un claro referente en las escuelas de nivel medio y medio superior en nuestro país, quizá por la mezcla entre la realidad de un pasado distante, la forma en que se cautiva al lector con el misterio de lo que se encuentra dentro del 815 de la calle Donceles, en la región más transparente y sobre todo, por el tema de la identidad. En efecto, desde que se inicia el libro se tiene bien claro quién es el protagonista; pero conforme van avanzando las páginas, los otros dos personajes se vuelven etéreos, complicados. Aura es, en cierto modo, el reflejo de la juventud, pero una juventud que pareciera estar subordinada a la generación precedente.
La calle de Donceles, en la delegación Cuauhtémoc,
lugar donde se desarrolla la historia.

Por otra parte, Felipe se enamora de Aura, pese a que su personaje parece flotar en el ambiente más que existir en el mundo físico. Cuando llega el final, todas esas actitudes cobran sentido, así como el misterioso anuncio en el periódico que le hizo llegar a ese lugar.
Fuentes nos trata en un lenguaje ameno, pero a la vez misterioso, se mantiene el hilo argumental sobre la realidad de lo que está ocurriendo en aquella casa, narra de una manera magistral lo que ocurre, con lo que nos deja un verdadero mensaje: la belleza se acaba, y la muerte es una parte natural de la vida; no cabe duda que hace uso de todos sus recursos para mostrarnos ese delgado límite que existe entre lo real y lo irreal, lo que existe y lo posible, probable, imposible e improbable.
Mi veredicto: es un libro bastante entretenido, puede ser leído en una tarde, pero esa tarde será, seguramente para el lector, una tarde larguísima, donde comenzará en el mundo perfectamente real, y terminará añorando ese límite traspasado de la irrealidad, donde la belleza es fealdad y la vejez es juventud.

Mi valoración personal



100

sábado, 21 de junio de 2014

El Resplandor: temerás los hoteles en invierno.


Stephen King es actualmente considerado el rey indiscutible de la novela de terror. Sus clásicas Carrie, y Eso son las más notables de una lista que cada año añade varios títulos a la extensa bibliografía de este genio.
En 1977, King apenas comenzaba su carrera como escritor y era conocido por Carrie, ese año nos plantea una obra llena de, para parafrasear a Edgar Allan Poe, fantásticos terrores jamás antes sentidos.

Sinopsis.

La novela cuenta la historia de Danny Torrance, un niño de cinco años hijo de Jack y Wendy Torrance, un matrimonio que ha pasado su primera crisis gracias al alcoholismo del cónyuge varón; quien es un pretendido escritor y, al encontrarse sin trabajo, decide aceptar la oferta de ser el cuidador de un hotel de temporada que debe cerrar todo el invierno dadas las bajas temperaturas: El Overlook Hotel.
Danny tiene una habilidad que sólo se puede calificar de clarividencia; aunque la novela lo denomina “resplandor”. El hotel ha cambiado de propietario descomunalmente dadas sus altas pérdidas y la cantidad de crímenes que allí han sucedido.
A Danny se le advierte que no debe entrar en ciertas habitaciones, específicamente la 217; pero como todo niño hace, basta con prohibirle algo, para que en un momento dado, la curiosidad le corroa al grado de que se halla ante la puerta de tal habitación y ve dentro de ella el cadáver de una mujer muerta hace mucho tiempo.
Jack Torrance ha investigado la historia del hotel y poco a poco se ha dado cuenta de todo lo que en él ha ocurrido, siendo poco a poco seducido por el hotel mismo, a través de visiones, convenciéndole de atacar a su familia. El hotel tiene personalidad propia, manipula todo a su entorno, y todo aquel que muere dentro del mismo, se queda para siempre en una fiesta de máscaras sin fin, donde, reina la muerte roja, en una clara referencia a La Máscara de la Muerte Roja de Edgar Allan Poe.
Jack intenta resistir en un principio, pero su voluntad es débil y termina cazando a su familia por el hotel. Danny se conecta a través del resplandor con Dick Halloran, el cocinero del hotel, quien le explicó de varias de las cosas que se podía encontrar en el hotel y quien, al igual que Danny, también tiene el resplandor. Dick llega al hotel para salvar a la familia, aunque Jack está tan poseído por el hotel que ya no tiene control sobre sí. La caldera del hotel explota con Jack adentro, y la familia junto con Dick logran salir antes de que esto ocurra. En un último y desesperado momento, el hotel intenta poseer a Dick para obligarlo a matar al niño, pero Dick no cede.

Crítica.

Stephen King estaba en el umbral de la fama cuando escribió esta novela, y definitivamente su prosa es fantástica; pero un tema me es imposible de eludir: las más de doscientas páginas que la historia tarda verdaderamente en arrancar. Efectivamente, uno conoce el contexto inicial y desde el primer capítulo más o menos le va quedando a uno claro el tono de la historia, pero definitivamente pudieron eliminarse un par de capítulos completos sin que ello afectara de forma sustancial la obra de King.
Sin embargo, a partir del primer encuentro en la habitación 217, la obra comienza a tomar el ritmo, velocidad y tono adecuados; la narrativa se desliza hasta envolver al lector entre el alcoholismo libre de etanol de Jack (se sabe de antemano que teóricamente no hay una sola gota del alcohol en el hotel, la enorme curiosidad de Danny y las preocupaciones de Wendy que comienzan a cobrar vida junto con el hotel mismo. Lentamente la trama, con toda la carga psicológica posible, lleva al lector a una psicosis emocional, a un estado donde se sabe que ineludiblemente ocurrirá el punto violento de quiebre, donde el hotel buscará apoderarse de Danny, a través de su padre.
¿Fácil de digerir? No. ¿Extenso? Un poco. ¿La mejor obra de King? Definitivamente no. ¿Qué lo hace bueno? La segunda mitad, con la narrativa de King. Es bueno, pero se debe estar consciente, es muy, pero muy pesado de leer y más aún, de digerir.

La película: Inexacta, pero entretenida


Stanley Kubrick, director de 2001: Odisea del Espacio, en 1980 dirigió la adaptación más reconocida de esta obra. Definitivamente nunca se debe esperar que una película contenga hasta el más mínimo detalle de la novela que se pretende adaptar, dado que precisamente es una adaptación y muchas veces, la visión del director puede ser más pequeña o más grande de la del autor del libro.
En ese contexto lo primero que puedo decir es que la visión original del libro le da una trascendencia toral a la personalidad del hotel, y su exigencia de que Danny Torrance se convierta en parte de su acervo, mientras que en la película no se menciona la personalidad del hotel y es algo que en sí queda en el aire, como a la libre deducción del espectador.
En definitiva, para tratarse de una película de ya más de 30 años, y con el impacto que por esas fechas habrá causado El Exorcista, se trata de una buena cinta, una adaptación que si bien se tomó ciertas libertades dentro del guión, lo cierto es que llevar la novela punto por punto habría sido un desastre debido a lo pesado de la trama. Un defecto que sí se puede encontrar es que el personaje de Wendy pareciera estar toda la vida a punto de echarse a llorar, termina por creerse que no puede cerrar la boca o algo así, dado que siempre está con cara de asombro, abriendo la boca. Jack Nicholson es fantástico en el personaje de Jack Torrance, y eso compensa el defecto actoral antes referido. Sirve para pasar el rato, si lo que se busca es una película de terror psicológico, esta es seguramente una de las más notables.
Mi valoración personal:
Del libro 7

De la película 7.5

sábado, 7 de junio de 2014

Maléfica: Tchaikovsky debe estar revolcándose en su tumba.


En 1959, Disney produjo “La bella durmiente” una historia en dibujos animados basada en el cuento de los hermanos Grimm que históricamente ha sido inmortalmente musicalizada por Piotr Ilich Tchaikovsky, el romántico ruso, como muchos lo conocen.
De esa producción surgió un personaje lépero, sarcástico y malvado como él solo: la inconfundible Maléfica (Malleficent, en inglés). Como ya viene siendo costumbre, Disney decidió sacar del congelador un viejo cuento para hacerle modificaciones y presentarlo en una película  sin dibujos animados y con Angelina Jolie como la flamante villana, aunque ya por el título podemos deducir que en esta ocasión Maléfica no será la villana.

Sinopsis.

En un reino muy lejano, un hada llamada maléfica tiene un idilio con un joven llamado Stefan. Después de eso, un ejército invasor trata de ocupar sus dominios. Con su poder, Maléfica lo vence, y es entonces cuando el agonizante rey pide que uno de sus valientes soldados se gane el derecho de ser su sucesor vengando su muerte segura. Stefan, como soldado del rey, va en busca de Maléfica, y en una traición poco sorpresiva para el espectador, le corta las alas y se gana así el derecho de ser rey.
Así, Stefan tiene una hija de nombre Aurora, en cuya fiesta de nacimiento se apersona Maléfica y, como castigo a Stefan, le impone una maldición a Aurora, que a los 16 años se pinchará con el huso de una rueca y caerá en un sueño del que sólo podrá despertar  con el beso del verdadero amor.
El rey Stefan encomienda a tres hadas el cuidado de su hija, lejos del castillo, y manda incautar y quemar todas las ruecas del reino.
Ante la ineptitud de las hadas, Maléfica debe cuidar que Aurora viva hasta los 16 años, con lo que termina por encariñarse, al grado que mantiene conversación y una relación muy cercana con Aurora; intentando revocar su maldición, sin embargo no le es posible (quizá la mayor incoherencia de la película).
Finalmente, el destino de Aurora se cumple y Maléfica acude al castillo para buscar que el príncipe Felipe bese a la princesa y sea posible que esta despierte. Al final, no es el beso de Felipe sino el de Maléfica el que despierta a Aurora, ello antes de una pelea de proporciones épicas en el castillo del rey Stefan, donde este último pierde y finalmente Maléfica decide unir los dos reinos y coronar a Aurora como reina.

Crítica.

Vaya cursilería. La historia de 1959 no era precisamente buena, aunque en cierto sentido la ignorancia sobre los orígenes y motivos de Maléfica la hacían un tanto cuanto más aterradora, además de que, como ya se apuntó anteriormente, Maléfica es uno de los personajes más malhablados de todas las películas infantiles (sólo superada por Merlín en La espada en la piedra), además de que la producción original utiliza la música de Tchaikovsky como fondo de una historia que se cuenta sin mayor trámite.
Pero ya no estamos en 1959 y ahora Maléfica es personificada por Angelina Jolie, a quien no le queda mal el papel, el problema es… el papel en sí. Ahora Maléfica tiene un pasado, uno que en realidad explica muchas cosas, si la película hubiera terminado con la maldición de Maléfica sobre Aurora, habría sido fantástica; pero continuó su curso por otros cuarenta minutos. El desarrollo de la historia a partir de la maldición es más errático, el encariñamiento de Maléfica con Aurora es lento y complicado, hasta el punto donde uno piensa ¿era necesario? No, no lo era, es la respuesta concreta.
La modificación sobre la producción original se acentuó poco a poco y finalmente el espectador tiene que reconocer que se estaba precipitando a eso desde un principio. No pasa inadvertido que llega un punto donde realmente empalaga, tal vez si el personaje se llamara Benéfica y no Maléfica, funcionaría mejor.
Al final guarda coherencia, y a Jolie le queda bien el papel, pero la villana de 1959 se ha ido. Ya no grita a diestra y siniestra “¡idiotas!, ¡imbéciles!, ¡ESTÚPIDOS!”, aunque el sarcasmo de la Maléfica original se acentúa, se echa en falta esa irreverencia y maldad del personaje que tiene más de cincuenta años.
Otro rubro insoslayable es la falta de la música de Tchaikovsky. La partitura del romántico ruso es el ícono indiscutible de La Bella Durmiente, porque se ha presentado como ballet en todo el mundo, y por que la película original la utilizaba a diestra y siniestra.
Los rubros que se salvan son quizá los efectos visuales y la caracterización, que hacen eficientemente su trabajo, y obviamente la actuación de Angelina, pero en realidad, la trama está bastante forzada y bastante floja. Demasiada miel.
¿Pasa el examen? Sólo de panzazo, ello en virtud de que logra el cometido de entretener y consigue que los 80 minutos de duración sean llevaderos, además de que, si se ve sin perspectiva de criticar, o sin haber visto la película de 1959, hace eficientemente su trabajo, aunque termine por empalagar de todas formas.
La Maléfica que yo quería ver era esta:


Mi valoración personal:


6.2

viernes, 30 de mayo de 2014

El Regreso del Jedi: el allegretto.



El 25 de mayo de 1983, seis años después del estreno de la película original, se cerraba lo que hoy se conoce como la Trilogía Clásica de Star Wars.
El título original de esta entrega fue “Revenge of the Jedi”, traducido como “La Venganza del Jedi”. En 2004, George Lucas revelaría que el título definitivo había sido el que en primer término consideró para esta entrega, sin embargo, por cuestiones de producción, considerando que era un título “algo débil” decidió cambiarlo por “Revenge of the Jedi”, no obstante, semanas previas al estreno se decidió regresar a “Return of the Jedi”, traducido oficialmente en España como “El Retorno del Jedi” y aquí en México y el resto de América Latina como “El Regreso del Jedi”. El concepto de “La Venganza” se quedó en el tintero por 22 años hasta que, en 2005 fuera utilizado para el Episodio III: La Venganza delos Sith.
El filme constituía el sexto episodio en la saga de aventuras de Luke Skywalker, a sabiendas de que faltaban aún por realizarse algún día los episodios I, II y III.
Dirigida por Richard Marquand, esta película obtuvo el mismo favor de la crítica y la taquilla que sus predecesoras, sumando con este estreno, hasta ese momento, a favor de la saga de Lucas  la friolera de 1,800 millones de dólares en taquilla a nivel mundial, sólo con cierta reticencia por parte de la crítica más purista.

Sinopsis.

Se iba a llamar "La Venganza del Jedi"

Tras los sucesos de El Imperio Contraataca, Luke decide ir en busca de Han Solo en Tatooine, lugar en donde se encuentra Jabba el Hutt, un gángster a quien Solo debía desde la primera película una suma considerable de dinero.
Tras un altercado en el cual se ve involucrada la princesa Leia (con un fabuloso vestuario que deja muy poco a la imaginación y constituye uno de los grandes elogios que se pueden hacer a esta película), se logra liberar a Han Solo para poder así conducirse hacia Sullust, donde la Alianza Rebelde realiza una reunión sobre la nueva Estrella de la Muerte y los planes para destruirla.
Luke se vuelve a separar del grupo para acudir a cumplir su promesa con Yoda, quien ya está muy enfermo y tras confirmar a Luke que Darth Vader es su padre, muere de forma tan simple que ni Shakespeare lo hubiera podido escribir con menos letras.
Luke Skywalker se encuentra con el fantasma de Obi-Wan Kenobi, con quien discute sobre el hecho de que no le haya revelado que Darth Vader es su padre; la respuesta de Kenobi es simple: desde su punto de vista, Anakin Skywalker murió en aquella pelea en Mustafar. Así, tras revelar también que la princesa Leia es su hermana, Luke parte con la certeza de que, para finalmente convertirse en caballero Jedi, debe enfrentarse a Darth Vader otra vez.
La Princesa Leia, como muchos
la queríamos ver

La Alianza rebelde planea destruir la estrella de la muerte a través de un plan que implica destruir el generador del escudo de la Estrella, que la protege toda vez que aún no está terminada.
Han Solo, Leia y Chewbacca son enviados a ese fin, en tanto que Lando Carlissian comandará el ataque aéreo para entrar al reactor principal. Luke de último momento se une a la comitiva para destruir el escudo en la Luna de Endor, y se embarca en una nave imperial robada junto con los tripulantes originales del Halcón Milenario (nave que por esta ocasión será comandada por Lando Carlissian).
Darth Vader ha recibido al Emperador en la Estrella de la Muerte y vigila personalmente los avances de la construcción de la Estrella. Así, por órdenes del Emperador se aleja de la Estrella y baja a la luna de Endor, para capturar a su hijo, quien se entrega voluntariamente tras haber revelado a Leia su parentesco.
La batalla comienza, la Alianza rebelde logra unirse a una tribu de ewoks (unos ositos de peluche nativos de la luna de Endor), y así ataca una de las entradas del generador del blindaje; pero la batalla se complica y no pueden destruirlo como estaba planeado.
Por otro lado Vader lleva a Luke con el Emperador, quien pretende que sea su nuevo aprendiz; Vader no cede un milímetro, y entonces comienza la pelea entre ambos. A diferencia del enfrentamiento previo, en esta ocasión está más equilibrado y finalmente Luke vence a Vader.
El Emperador, el verdadero villano.

En la luna, finalmente se destruye el escudo de la Estrella y así se da inicio del ataque aéreo en que participa el Halcón Milenario.
El Emperador tienta por última vez a Luke quien no cede, lo que ocasiona que se vea el inmenso poder de Palpatine, quien ataca con impasibles rayos de energía al joven Jedi. Justo en el punto en que las cosas no pueden ir más mal, Vader, que se debate entre permitir o no que el Emperador mate a su hijo, finalmente se decide por traicionar al Emperador ocasionándose heridas mortales, y regresando así al lado luminoso de la fuerza.
Vader muere poco antes de la destrucción final de la Estrella de la Muerte y Luke logra salir de allí a bordo de la misma nave que lo condujo. El epílogo muestra a Luke regresando a Endor y reuniéndose en una celebración donde lo acompañan sus amigos y los espectros de Yoda, Ben Kenobi y su padre. El Imperio había muerto, larga vida a la alianza.

Crítica.

El bien y el mal.

Muchos consideran que esta película es la más antiestética de la trilogía. Tal vez lo sea, pero eso no la convierte en una mala película. Empezaré por decir que es la película más emocional de la trilogía. Sí, vimos el “yo soy tu padre” en todo su esplendor en el filme previo, pero será en esta donde sentiremos el intenso debate de Luke contra Ben Kenobi, y después contra su padre; el debate emocional de Vader y, finalmente, la destrucción final del Imperio.
Las trilogías tienen reglas; y la trilogía clásica de Star Wars es el claro ejemplo de una saga que las siguió a la perfección. El filme previo nos dejó con ganas de ver el siguiente; cortó en el momento justo en que el espectador quiere saber más, mucho más de lo que vio. El tercer filme es el allegretto, donde toda la trama previa cobra sentido, se conecta con el espectador y se da el espectacular final que el público espera.
El guión no es el fuerte, pero se compensa con la actuación creíble y la caracterización de los actores que, en su mayoría hicieron un eficiente trabajo.
Los ewoks. Para muchos son el talón de Aquiles, básicamente infantilizaron la película, pero a fin de cuentas, muchos de los que verían esa película serían niños; además, la película en sí no es tan infantil como que se pudiera considerar insoportable. No son perfectos, pero los ewoks son, por lo menos, susceptibles de ser soslayados por la audiencia.
Definitivamente esta película vuelve a hacer gala de una cantidad considerable de efectos visuales que, estéticamente son mucho más pulcros (si acaso se pude eso) que los de sus predecesoras; tanto así que el propio Lucas tuvo que admitir que en la Edición Especial de 1997 no fue necesario hacer demasiados arreglos a esta película.
Es fantástica la forma en que se maneja la trama de tal suerte que el espectador pueda, dejando de lado los efectos especiales y otras cosas accesorias, prestarle atención y ver que está hecha como una verdadera joya (aunque el guión no sea precisamente Shakespeare, pero fluye correctamente).
La música sigue siendo fabulosa y John Williams compone temas que acentúan la conexión emocional de este filme.
Al final, son pocos los defectos que se pueden considerar relevantes y sí muchas virtudes. Tal vez no es El Imperio Contraataca, en términos de perfección y estética, pero está bien hecha y tiene el fastuoso final que una película de Star Wars supone.
La batalla final.

Mi valoración personal:

9.5

domingo, 25 de mayo de 2014

Star Wars: 37 años de ser la mejor.

El afiche original.

El 25 de mayo de 1977 se estrenó la poco conocida y anunciada Star Wars. Para entonces, su director ya contaba con el honor de ser nominado al Óscar por American Graffiti, película que en 1973 había recaudado la módica suma de 115 millones de dólares y tenido una favorable recepción de la crítica; sin tener realmente mayor trascendencia o relevancia.
Cuatro años después, George Lucas presentaba una cinta completamente diferente, con miras al espacio exterior, que contó con un presupuesto inicial de la risible cantidad de 8 millones de dólares (que se elevaron a 11 en el curso de la producción). Lucas había tratado de vender la idea de una película sobre aventuras espaciales a la Paramount Pictures, Universal Studios y otras empresas similares, con el mismo éxito que Thomas Alva Edison en sus primeros intentos de fabricar la bombilla. Finalmente sería la 20th Century Fox la que, de mala gana, le diera el presupuesto a cambio de un trato que por entonces parecía insignificante: Lucas no cobraría como director pero retendría los derechos de comercialización de la película.
La pantalla vio en 1977 cómo los viejos trucos visuales de películas como Los Diez Mandamientos o 2001: Odisea del Espacio, quedaban completamente atrás. Star Wars a la postre alcanzaría 10 nominaciones al Óscar, incluyendo mejor película; ganando un total de 7 estatuillas.
En 1997, con motivo del XX aniversario del primer estreno, Lucasfilm lanzó el reestreno de la trilogía existente, con adiciones y reformas a los efectos especiales y mejoras en general en la calidad visual y sonido. Fue así como el que escribe vio por vez primera la saga espacial más influyente de la historia.

Sinopsis.

En una galaxia muy lejana el Imperio Galáctico es artífice de una opresión sin límites: la rebelión apenas ha surgido y ganado su primera batalla contra el Imperio, logrando robar los planos de su arma máxima: la Estrella de la Muerte, un arma con capacidad suficiente para destruir un planeta.
La princesa Leia, líder de la alianza rebelde es capturada mientras se dirigía a Alderaan, su planeta natal, por Darth Vader el más siniestro de los agentes imperiales, debiendo mandar los planos del arma máxima del Imperio en un androide astromecánico identificado como R2-D2. Así, el robot en compañía de un robot dorado con forma humana, de nombre C-3PO, sale de la nave donde se encontraban en una cápsula espacial que es atraída por el impulso gravitacional de Tatooine, un planeta desértico con dos soles.
Una de las escenas más notables de la película.

Allí, los androides son interceptados por unas criaturas llamadas Jawas, que se dedican a la compraventa de robots; logrando vender al par en una granja perteneciente a Owen Lars, que encomienda a su sobrino huérfano Luke Skywalker que los limpie. A solas con Luke, R2-D2 muestra un fragmento del críptico mensaje en que se encuentran contenidos los planos de la Estrella de la Muerte; la princesa Leia aparece como un holograma diciendo únicamente “ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”; Luke casi inmediatamente conecta el nombre con un viejo ermitaño que vive en el mar de las dunas que se hace llamar Ben Kenobi; La unidad R2 escapa esa noche y Luke lo persigue por la mañana en un paraje lejano donde es atacado por los moradores de las arenas, que son ahuyentados por el mismísimo Ben Kenobi, quien rescata a Luke y finalmente se revela como el Obi-Wan que busca el androide, revelando este último el mensaje completo que provocará que Obi Wan decida ir a Alderaan a entregar el androide con los datos que contiene. Luke se ve en una encrucijada: no puede dejar a sus tíos, pese a su firme intención de estudiar en la academia de pilotos.
Entretanto, el imperio ha mandado investigar qué ocurrió con la cápsula que, presumen, contiene los planos de la Estrella de la Muerte. Han llegado a Tatooine y dado incluso con los Jawas que vendieron a R2-D2 y C-3PO, de lo que Luke y Ben se enteran al pasar cerca del vehículo donde se transportaban los Jawas. Así Luke va en busca de sus tíos, pues, infiere, los agentes imperiales sabrán ahora a quién fueron vendidos los androides. Cuando Luke llega, los cuerpos de sus tíos yacen afuera de la destruida propiedad.
Así es como Luke decide unirse a Ben y viajar a Alderaan, en compañía del arrogante piloto Han Solo, un contrabandista local, y Chewbacca, una gritona criatura, a bordo del Halcón Milenario, una nave que presume de ser la más rápida de la galaxia.
Al mismo tiempo, Leia ha sido torturada hasta el cansancio para que revele la ubicación exacta de la base rebelde, sin éxito a la fecha; por lo que el Gobernador Tarkin, en compañía de Darth Vader idean la mejor forma de hacerla hablar: destruir en sus narices su planeta natal con la Estrella de la Muerte; Leia al parecer cede y les revela que la base se encuentra en Dantooine; sin embargo el destino de su planeta natal está sellado: la destrucción llega al inerme planeta que se asemeja a la Tierra.
Los cuatro invencibles... vale, no.

Así, el halcón milenario llega a lo que parece un campo de asteroides, los vestigios de un planeta destruido, del que sólo se logra apreciar a lo lejos lo que parece una luna; al dirigirse a ella resulta ser la Estrella de la Muerte, que los ha atraído en su escudo magnético.
Imposibilitados para escapar, sus tripulantes se esconden, dejando la nave en un hangar de la Estrella de la Muerte. Robando trajes de soldados imperiales, Han y Luke logran salir y ocupar un puesto de mando en la Estrella, donde finalmente se enteran de que la princesa Leia está allí capturada por el imperio y sentenciada a muerte. Por su parte, Ben Kenobi decide ir en busca de los controles que permitirían liberar a la nave y que ésta pueda escapar. Han y Luke van en busca de la princesa Leia para rescatarla y tras una persecución que implica un compactador de basura y una huida tipo Tarzán,  Leia, Han, Luke  y Chewbacca finalmente están al pie de la nave; al tiempo que los androides también han llegado al hangar y Ben Kenobi se está batiendo en duelo con Darth Vader. En el último momento, Vader cercena a Kenobi, cuyo cuerpo desaparece en el acto; ante la mirada atónita de Vader y de Luke, quien se encontraba mirando en ese preciso instante desde el hangar.
La carlinga del Halcón a la velocidad de la Luz.

El halcón logra salir de la estrella y se encamina hacia la base rebelde, ubicada en la cuarta luna de Yavin (en realidad la princesa nunca cedió en su postura de no revelar el sitio de la base, pero ahora comprende que la nave está siendo rastreada y que finalmente está llevando al Imperio al lugar de la base rebelde).
La Estrella de la Muerte llega a Yavin; donde los rebeldes han encontrado la forma de destruirla; y envían 30 naves monoplazas que la atacan mientras la Estrella intenta orbitar el planeta para dejar al descubierto la luna donde está la base rebelde. Finalmente, al tercer, último y desesperado intento, Luke Skywalker, ahora piloto de la rebelión, destruye la Estrella, con Darth Vader como único sobreviviente gracias a encontrarse él también en una nave monoplaza.

Libros y universo expandido.

La primera edición

Del guión  de esta película se generó un libro: Star Wars, from the adventures of Luke Skywalker, que llegó a México a través de Editorial Planeta, publicado en una única edición, baste decir al respecto que el libro es copia fiel de lo que aparece en pantalla (ojo, no es al revés a razón de que el guión fue elaborado primero y sobre de éste se generó la novela, que si bien se publicó en 1976, la película ya se encontraba en post producción.
El Ojo de la Mente,
lo que nunca fue película.
Sobre este universo después se escribiría El Ojo de la Mente (Splinters of the mind's eye), lo que pretendía ser una continuación, que nunca llegó a la pantalla debido al guión de El Imperio Contraataca.

Crítica.

Hasta 1977, la única película con efectos visuales de alta fidelidad había sido 2001: Odisea del Espacio, y seamos honestos; la velocidad no había sido el fuerte del filme de Kubrick, sin embargo ahora George Lucas presentaba un filme profundamente innovador: el extremado nivel de detalle de las naves y objetos en pantalla, la velocidad y pulcritud de los efectos especiales y, sobre todo, la narrativa épica, con personajes novedosos, el egocéntrico Han Solo, la mandona Princesa Leia y el villano más temido del momento (y uno de los mejores de la historia), Darth Vader, quien no tiene empacho en torturar a quien sea con tal de conseguir sus propósitos. Será el primero de tres filmes donde Darth Vader verdaderamente se convertirá en un personaje para la posteridad.

El guión original tuvo numerosos cambios y fue pulido en varias ocasiones, pero los personajes fueron siempre básicamente los mismos; realmente Lucas se lució con un guión tan perfecto como narrativa es la película.
El día que la cinematografía nunca olvidará.
Otro rubro donde la película alcanza la perfección es la música. John Williams ya había trabajado anteriormente para cine y conseguido alguna estatuilla, pero con esta banda sonora se consagra como uno de los mejores compositores del gremio, al orquestar en forma fantástica los acordes que hacen sentir la emoción de las escenas que se están transmitiendo, es decir, logró llevar a la perfección el sentido de cada escena al pentagrama y finalmente, al oído del espectador.
En realidad, 2001 había utilizado música clásica; pero definitivamente que la música original de Williams queda como anillo al dedo a las escenas espaciales y como fondo temático de los personajes (mucha gente asocia el tema “Imperial March” con Darth Vader).
Defectos son pocos los que se pueden encontrar en este admirable filme, y quizá el rubro donde más los hay es del lado histriónico. En efecto, Mark Hamill no es precisamente el mejor actor que la pantalla haya visto; y por supuesto que tampoco lo es Carrie Fisher; sin embargo el trabajo es eficiente, quizá por la inercia del guión, pero en general, el trabajo de los actores, si bien no es muy notable (con excepción de Sir Alecc Guiness, el único actor que se puede jactar de haber obtenido una nominación al Óscar por Star Wars), también hay que reconocer que su trabajo es correcto y no desmerece al resto de los elementos de la película.
Con una recaudación de ¾ de billón de dólares, (léase billón en términos ingleses, 1000 millones, no en términos españoles, que es un millón de millones), se convirtió en la película más taquillera de la historia, título que retendría por cinco años, cuando en 1982, E.T., superó la cifra.
Es excelente, bien narrada y entretenida; que es lo que a fin de cuentas se busca en una película, en ese tenor, se puede considerar como una obra maestra del cine y, por supuesto una de las mejores películas que la pantalla haya visto. Quien no la haya visto, definitivamente comete un terrible sacrilegio.

Mi valoración personal:


10.0

miércoles, 21 de mayo de 2014

El Imperio Contraataca, "¿Quién es tu padre?"


En 1980, el mundo ya había sido testigo del estreno de la película “Star Wars”, una ópera espacial escrita y dirigida por George Lucas, que trataba sobre una alianza rebelde que se enfrentaba a un opresor imperio en una galaxia muy, muy lejana; como rezaba la frase inicial de la mítica película. Star Wars, o La Guerra de las Galaxias, como muchos la conocimos originalmente, se convirtió inmediatamente en un éxito taquillero por la pulcritud de sus efectos visuales y la nueva y brillante narrativa de su director; un concepto jamás visto había nacido: las películas en serie, cargadas de efectos visuales y de historias de mundos y lugares lejanos; en otras palabras lo que hoy denominamos “franquicia”.
Tres años después del estreno original, la franquicia Star Wars presenta su segunda entrega, del director Irvin Kershner, con George Lucas como productor ejecutivo y creador de la historia.
Así, el 21 de mayo de 1980, tres años después del estreno de su predecesora, se presentó lo que sería la segunda de lo que hoy se conoce como la Trilogía Clásica de Star Wars.

Sinopsis

La alianza rebelde ha destruido la estrella de la muerte, pero se enfrenta a la furia del imperio. Alojados en su base de Hoth, son asaltados por las tropas imperiales y obligados a huir. Luke Skywalker, quien disparara contra el arma máxima del imperio aquellos fatídicos torpedos de protón, es obsesivamente perseguido por el sith Lord Darth Vader, y en su busca Vader empleará toda clase de artimañas para poder seducir a Skywalker, a quien considera podría ser un poderoso aliado para la causa imperial.
Luke recibe instrucciones de acudir al planeta Dagobah para continuar su entrenamiento Jedi, y se separa de Han Solo y la Princesa Leia, quienes huyen en el Halcón Milenario para ser perseguidos a través de los años luz por los cruceros imperiales.
Luke llega a Dagobah y encuentra a Yoda, comenzando así su fase de entrenamiento Jedi, mientras que sus amigos deben sufrir la persecución por un campo de asteroides, mientras intentan reparar la nave que los lleva para poder alcanzar la velocidad de la luz y así evadir al imperio.
Cuando todo parece mejorar y Han Solo ha encontrado la manera de confundir al imperio mezclándose en la basura de uno de sus cruceros espaciales, huye a la ciudad de las nubes donde busca la ayuda de Lando Carlissian, un viejo amigo administrador de la mina de esa ciudad. De último momento Lando le traiciona y entrega a Han y Leia al imperio. Vader tortura a sus rehenes e incluso congela en carbón a Han Solo, para ser entregado a Jabba, quien ha puesto precio a su cabeza; todo ello con el fin de provocar que Luke a través de la fuerza se entere de su ubicación y decida ir en su busca.
Luke cae en la trampa de Vader y decide ir a rescatar a sus amigos, aún ante la negativa de Yoda y el fantasma de Ben Kenobi. De esa forma Luke debe enfrentarse al lado oscuro de la fuerza sin haber completado su entrenamiento.
La contienda entre Luke y Vader se vuelve cada vez más complicada, Vader es excesivamente superior a Luke en el dominio de la fuerza, pero dado que no está determinado a matarlo, sino únicamente a tomarlo como rehén para llevarlo al emperador, la batalla se complica hasta el punto que Luke pierde su mano derecha y por consiguiente el sable de luz de su padre. Es entonces cuando comienza el momento de las revelaciones. Cuando se ha llegado a este punto, el odio del espectador hacia Vader es tal que la revelación surte sus efectos tanto para el protagonista como para el público: Darth Vader revela a Luke Skywalker “Yo soy tu padre”.

Leia y Lando, quien pronto se arrepiente de su traición y decide tratar, sin éxito, de liberar a Han Solo, logran huir en el Halcón, a cuya tripulación se une Luke tras haber escapado por un pelo de las garras de Vader.
R2-D2 salva el día y logra hacer funcionar (por fin) el hiperpropulsor del Halcón Milenario y llevar a los protagonistas a territorio seguro. La película termina con la incógnita sobre si se logrará rescatar a Han Solo, a sabiendas de que está en algún confín de la galaxia, si la Alianza podrá reorganizarse después de semejante derrota y si realmente Vader dijo la verdad.

Crítica.

Dicho con modestia esta película es una de las mejores que la pantalla ha visto jamás. “Segundas partes no son buenas”, dice la gente, pero esta película rompe con esa premisa.

La trama fue calculada de tal suerte que si se le pone atención a los primeros diez minutos, ya no se podrá parar de ver el resto. Kershner nos da una película más oscura, con elementos mucho más marcados de que es el mal quien está ganando la contienda. El Imperio le propina una golpiza a la Alianza durante toda la película y a través de toda la galaxia; ello se aúna a la presentación de tres nuevos personajes: Yoda, el maestro Jedi de 800 años de edad, Lando Carlissian, el insigne administrador de la ciudad de las nubes y el Emperador, un sujeto que dará mucho de qué hablar en el siguiente filme y más aún en la trilogía de precuelas, cuyas críticas se han venido elaborando en los pasados días.
Darth Vader es el villano por antonomasia. A pesar de que vemos al Emperador, es Vader quien se convierte en el villano favorito, debido a su cruel determinación de obtener a toda costa a Skywalker; su forma de proceder es tan extrema que inspira miedo y respeto a todos los espectadores. Al momento del combate con Luke, el espectador le odia por completo, pero tras la aparición de los créditos el espectador reconocerá que es uno de los mejores personajes villanos que se la pantalla haya visto.
Por su parte, nuevamente la música y los efectos visuales son el fuerte de la película. Los efectos especiales, vistos 34 años después del estreno original (hoy se cumplen), están a la altura de cualquier estreno del año; y cuesta creer que se hayan hecho con maquetas y sin uso de ordenadores.
John Williams compone magistralmente la Marcha Imperial y le da el tono oscuro que la película debe tener, a fin de cuentas, el título nos dice mucho, porque el Imperio verdaderamente ataca y con mucho, obtiene la victoria pese a no conseguir el objetivo de capturar a Luke Skywalker.
En resumen, es una película entretenida, no me puedo cansar de verla por la forma en que maneja sus personajes y situaciones; es un clásico indiscutible e imperdible; fantásticamente buena por su composición estética y su acabadísima perfección cinematográfica.

La mayoría de los fanáticos consideran que es la mejor de todas; a mi parecer no se puede desmerecer la primera película, puesto que, como decía una extinta empresa de aviación en México: “la primera siempre será la primera”, pero eso no significa que esta no pueda compartir el honor, junto con su predecesora, de ser la mejor de la saga.
Mi valoración personal: 9.8
Calificación: