lunes, 19 de mayo de 2014

Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith.

Estrenada seis años después del fatídico Episodio I, esta entrega cumplió con 
su cometido

El jueves 19 de mayo de 2005, casi 28 años después del primer estreno (sucedido el 25 de mayo de 1977), de la saga que muchos conocimos simplemente como La Guerra de las Galaxias, la saga finalmente quedó completada.
Dos trilogías y miles de millones de dólares después, La Venganza de los Sith se proyectó como el tercer episodio en donde las primeras películas fueron las últimas y las últimas fueron las primeras.
Seamos honestos, esta película fue recibida con muchas reservas previas a su estreno debido a que La Amenaza Fantasma decepcionó mucho  (y muchísimo) y El Ataque de los Clones no fue precisamente lo que se esperaba; si la tercera cinta de la nueva trilogía era igual o peor, toda la trilogía quedaría irreparablemente destrozada.
Para quienes seguimos la saga en su totalidad, esta sexta entrega (tercera de la segunda trilogía) tenía un estándar excesivo que cubrir; Anakin Skywalker debía ser seducido al lado oscuro de la fuerza y ver la transformación del ingenuo (y algo chocante) niño de Tatooine en el Darth Vader que conocimos y nos aterró en la trilogía clásica.

Sinopsis

Dos años después de los eventos de El Ataque de los Clones, la república se encuentra en guerra contra los separatistas; los Caballeros Jedi han sido enviados a los confines de la galaxia con legiones de clones para combatir a los separatistas.
En un movimiento audaz, el líder del ejército separatista, el general Grievous ha capturado al canciller Palpatine, líder del senado galáctico; siendo rescatado en una espectacular batalla inicial por Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi.
Al terminar la batalla, Anakin se entera de que será padre en pocos meses, Padmé está embarazada. En eso, empieza a tener sueños proféticos sobre la muerte de Padmé en el parto. Anakin necesita encontrar la forma de evitar que sus sueños proféticos se hagan realidad; para lo que recurre a la orden Jedi, la cual no le sirve de mucha ayuda para su propósito.
El punto máximo del guión es esta escena.

Entretanto, Anakin ha generado una íntima amistad con el canciller Palpatine, quien le ofrece un puesto como su representante personal en el Consejo Jedi. Sin embargo nada es lo que Anakin esperaba y se ve marginado en la toma de decisiones del Consejo.
Palpatine le cuenta una historia sobre Darth Plagueis el sabio, una persona que tuvo la capacidad de salvar a otras personas de la muerte; justo lo que Anakin necesita; hasta ese momento Palpatine ha sido un líder más en el senado, pero poco a poco se empieza a descubrir como el Sith que los Jedi estaban buscando.
Por otro lado, Obi-Wan ha sido enviado a combatir al General Grievous (cuando Anakin esperaba que esa diligencia le correspondiera a él), lo que finalmente contribuirá a su camino al lado oscuro de la fuerza.
Anakin se debate entre decirlo al Consejo y así ganar la confianza de ese cuerpo colegiado, pero perder la oportunidad única de obtener el conocimiento encaminado a salvar a Padmé, o bien entregarse al lado oscuro de la Fuerza. Tras haber dicho a Mace Windu, uno de los principales consejeros Jedi, la verdad sobre el Canciller, de último momento Anakin se arrepiente y llega en el momento justo en que Mace Windu está a punto de asesinar al Canciller. Anakin logra impedir el ataque y un efecto de su acción es la muerte de Mace Windu. A partir de ese momento, Anakin se entrega al lado oscuro de la fuerza, seducido finalmente por el poder de intentar salvar a su esposa de la hipotética muerte que le presagiaron sus sueños.
Anakin ataca el Templo Jedi, provocando el casi exterminio de esta orden. Después es enviado al sistema Mustafar donde se ocultan los líderes separatistas; quedando en evidencia que la guerra era sólo un farol para dispersar por la galaxia a los Jedi y convertirlos en presa fácil. Los clones han dado cuenta de todos los Jedi que estaban fuera de la capital.
En Mustafar, Anakin asesina a todos los líderes separatistas. En ese momento nace el Primer Imperio Galáctico; Obi-Wan, en conjunto con el Maestro Yoda, el Presidente del Consejo Jedi, se percata de lo que ha ocurrido de una forma estrepitosa y finalmente deciden que Yoda acuda a atacar al Emperador, mientras que Obi-Wan, quien fuera maestro de Anakin, sea quien dé cuenta de su propio aprendiz.
En una batalla épica, el Emperador no logra acabar con Yoda y viceversa; Yoda termina huyendo al exilio; por su parte, en un planeta volcánico se enfrentan Obi-Wan y Anakin en un duelo en que el segundo pierde y termina desfigurado y sin manera de seguir existiendo sin ayuda de una máquina. Allí es donde finalmente muere el joven soñador de Tatooine y nace Darth Vader como lo conocemos.
Padmé muere en el parto no sin antes haber dado a luz a gemelos, Luke y Leia, quienes serán separados y llevados, el primero con su familia en Tatooine, y la segunda adoptada por la familia Organa, líderes políticos del planeta Alderaan.

Crítica

La nueva trilogía decreció mucho en relación a su predecesora; por lo menos las dos primeras cintas. George Lucas finalmente en esta cinta se quita todas las telarañas y presenta una película con la correcta dosis de efectos visuales y una historia que todos queríamos ver.
Finalmente Anakin se convierte en Darth Vader

Cuando vimos por vez primera la Star Wars original, nos preguntamos qué o quién era ese ser enmascarado y vestido de negro y con respiración mecánica; la respuesta tardó 28 años en llegar.
Los efectos especiales son fantásticos; la era del cine digital es patente con esta película; por su parte un argumento bien logrado, con un villano verdaderamente maquiavélico (nótese que el maquiavelismo no es sinónimo de malvado, sino calculador y separado de la ética).
Las actuaciones nunca han sido el fuerte de la saga, pero si somos honestos, Ian McDarmind (Palpatine) y Ewan McGregor (Obi-Wan) hacen su trabajo de forma magnífica. Mención aparte merece Hayden Christensen que en esta entrega demuestra que sí puede dejar de lucir acartonado para mostrar al Darth Vader que muchos vimos en la pantalla en la trilogía clásica.
Por otra parte, George Lucas dirige en buena forma, y el guión tiene múltiples destellos de lucidez, como lo es la escena de la ópera; sin embargo, la verdad el guión no es el fuerte de esta película.
La trama es envolvente y ello genera que el espectador que llega al minuto 20 de la película no pueda ya parar de verla, su narrativa llega al nivel que Lucas nos tuvo acostumbrados en la trilogía clásica y, por supuesto la música es fantástica (junto con los efectos visuales, es uno de los únicos dos rubros en que toda la saga de Star Wars se puede jactar de ser uniforme en su pulcritud).
La recepción de la crítica fue mayormente positiva, sin embargo existieron detractores sobre la corta duración de los villanos secundarios; la temprana muerte de Dooku y del General Grievous hacia la mitad de la cinta; sin embargo a esos detractores sólo quisiera recordarles que el argumento principal que se quiere ver en esta película es precisamente la caída al lado oscuro de la fuerza de Anakin, y los villanos secundarios son eso, personajes de segundo plano; en realidad, con el villano principal se tiene suficiente para dar y regalar.
Es pulcra, narrativa y épica; Lucas no decepcionó en esta última entrega y logró producir una película a la altura de sus predecesoras; fue el mejor regalo que Lucas pudo dar a su audiencia, verdaderamente valió la espera de 28 años y los tropiezos para ver esta belleza de película.


Mi Valoración Personal:



9.6/10

1 comentario:

  1. La Guerra de las Galaxias es una película extraordinaria, y este tercer episodio fue buenisimo. A pesar de que hay quienes comentan que tuvo un decrecimiento, yo opino que es muy buena.

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