En mayo de 1999,
el mundo vio cómo una de las sagas más influyentes de la década de 1980
comenzaba. Originalmente, cuando George Lucas urdió las ideas que se
convertirían en Star Wars, no había episodios, pero sí una historia que contar.
Al tiempo, y tras estrenada la primera película, se hizo patente que Lucas
quería hacer no tres, sino seis o nueve películas.
Tras terminar la
trilogía clásica en 1983, Lucas esperó 16 años para volvernos a presentar algo
relacionado con su saga galáctica; pero los años no pasan gratuitamente, y el
resultado de esa larga espera se llamó Episodio I: La Amenaza Fantasma, una
película que fue sumamente taquillera, pero igualmente odiada por los fans que
vieron las cintas originales en el cine.
Los niños –como yo
en el momento de su estreno– amaron la película en su estreno, pero después de
quince años he de reconocer que mi posición sobre Episodio I ha cambiado, de
ser una fabulosa cinta, a ser la peor de la saga de Star Wars.
Sinopsis
En una galaxia
muy, muy lejana, un planeta llamado Naboo es bloqueado e invadido por la
Federación de Comercio; la reina de ese pequeño planeta logra huir con ayuda de
dos caballeros Jedi, guardianes de la paz y la justicia en la República (una
especie de confederación de planetas), de nombres Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi.
Qui-Gon Jinn, el único personaje que vale la pena... y lo matan. |
Su viaje a la
capital se ve truncado por la necesidad de reparar la nave, y aterrizan en el
planeta Tatooine, donde la esclavitud y la pobreza son rutinarias. Sin fondos
en dinero local, se ven obligados a recurrir a la ayuda de un joven llamado
Anakin Skywalker; un esclavo local que compite en carreras de pods, quien en
una espectacular carrera logra ganar el dinero necesario para efectuar las
reparaciones que la nave de la reina necesita, al tiempo que gana su libertad.
Anakin se une al
grupo de los caballeros Jedi para buscar convertirse en uno, y así se
reemprende el viaje a la ciudad de Coruscant, un planeta entero hecho ciudad,
en donde la reina expone su punto ante el Senado Galáctico, del que recibe poca
ayuda, viéndose obligada a presentar un voto de no confianza en la capacidad
del Canciller, forzando elecciones anticipadas de las cuales el senador de su
planeta (Palpatine) pretende alzarse como ganador.
Al ver el nulo
trabajo del senado, la reina decide regresar a su planeta y tratar de combatir
al invasor; en tal situación, los caballeros Jedi la acompañan con el futuro de
Anakin incierto (el Consejo Jedi negó prima facie la admisión de Skywalker, pero
estableció que luego lo discutiría en definitiva).
La reina recibe
la ayuda de unos sujetos llamados gungans, y consigue derrotar al enemigo, al
tiempo que en un duelo con sables de luz, Qui-Gon Jinn es asesinado por Darth
Maul, un caballero oscuro (Sith), y que Palpatine gana las elecciones y se
convierte en el nuevo canciller.
Crítica
Visto con la
frialdad de la sinopsis de los párrafos precedentes, la película podría sonar
interesante, y en sí, su trama lo es, sin embargo; tengo que decirlo, esta es
la PEOR película de Star Wars que se pudo haber producido jamás (y no guardo reservas de lo que se está haciendo actualmente toda vez que en mi opinión, lo que se haga de Star Wars después de 2012, ya no es, propiamente dicho, Star Wars en sentido estricto, sino una extensión más, pero eso será materia de análisis en otra entrada).
El 3D no ayudó de mucho a la historia. |
No hay muchos
argumentos a su favor, comenzando por que la película es excesivamente
infantil, con una notoria falta de épica y profesionalismo en su guión. Me explico:
uno entiende que Anakin Skywalker sea un personaje de 9 años de edad; pero lo
que no se puede entender es que un personaje como Jar-Jar Binks pueda existir
en cualquier parte del universo, sencillamente, es grotesco el número de
tonterías que comete en un intento de divertir en lo que más bien debería ser
el épico inicio de una saga dramática.
Por otro lado,
los villanos; en efecto se entiende que serán etéreos, como el propio título
del episodio lo refiere, sin embargo, el famoso Darth Maul daba para mucho más
en la saga, y es cortado por la mitad por Obi-Wan Kenobi, sin que vuelva a
tener participación activa en la saga.
Finalmente, el
problema medular: el filme es demasiado político, desde un inicio tiene una
serie de politiquerías que no encajan del todo por ser demasiado aburridas. La política dentro de un
filme no es mala, pero hacerla excesiva y además aburrida, arruina la
experiencia.
Darth Maul, el villano que pudo ser. |
El resto de la
película son efectos visuales, rubro en el que destaca esta película, y su
música, que también es digna de calificarla favorablemente. Los aspectos
positivos son pocos, realmente, y los negativos pesan demasiado al hacer el
balance final
Al final, la
película pasa el examen; pero sólo porque sus efectos especiales, la música, la
caracterización y la ambientación hacen eficientemente su trabajo, no tanto por
un guión notable o un argumento excelso; en resumen, pasa no por lo esencial, sino por lo accesorio.
Mi Valoración
personal:
7.5
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