domingo, 18 de mayo de 2014

Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma.


En mayo de 1999, el mundo vio cómo una de las sagas más influyentes de la década de 1980 comenzaba. Originalmente, cuando George Lucas urdió las ideas que se convertirían en Star Wars, no había episodios, pero sí una historia que contar. Al tiempo, y tras estrenada la primera película, se hizo patente que Lucas quería hacer no tres, sino seis o nueve películas.
Tras terminar la trilogía clásica en 1983, Lucas esperó 16 años para volvernos a presentar algo relacionado con su saga galáctica; pero los años no pasan gratuitamente, y el resultado de esa larga espera se llamó Episodio I: La Amenaza Fantasma, una película que fue sumamente taquillera, pero igualmente odiada por los fans que vieron las cintas originales en el cine.
Los niños –como yo en el momento de su estreno– amaron la película en su estreno, pero después de quince años he de reconocer que mi posición sobre Episodio I ha cambiado, de ser una fabulosa cinta, a ser la peor de la saga de Star Wars.

Sinopsis

En una galaxia muy, muy lejana, un planeta llamado Naboo es bloqueado e invadido por la Federación de Comercio; la reina de ese pequeño planeta logra huir con ayuda de dos caballeros Jedi, guardianes de la paz y la justicia en la República (una especie de confederación de planetas), de nombres Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi.
Qui-Gon Jinn, el único personaje
que vale la pena... y lo matan.

Su viaje a la capital se ve truncado por la necesidad de reparar la nave, y aterrizan en el planeta Tatooine, donde la esclavitud y la pobreza son rutinarias. Sin fondos en dinero local, se ven obligados a recurrir a la ayuda de un joven llamado Anakin Skywalker; un esclavo local que compite en carreras de pods, quien en una espectacular carrera logra ganar el dinero necesario para efectuar las reparaciones que la nave de la reina necesita, al tiempo que gana su libertad.
Anakin se une al grupo de los caballeros Jedi para buscar convertirse en uno, y así se reemprende el viaje a la ciudad de Coruscant, un planeta entero hecho ciudad, en donde la reina expone su punto ante el Senado Galáctico, del que recibe poca ayuda, viéndose obligada a presentar un voto de no confianza en la capacidad del Canciller, forzando elecciones anticipadas de las cuales el senador de su planeta (Palpatine) pretende alzarse como ganador.
Al ver el nulo trabajo del senado, la reina decide regresar a su planeta y tratar de combatir al invasor; en tal situación, los caballeros Jedi la acompañan con el futuro de Anakin incierto (el Consejo Jedi negó prima facie la admisión de Skywalker, pero estableció que luego lo discutiría en definitiva).
La reina recibe la ayuda de unos sujetos llamados gungans, y consigue derrotar al enemigo, al tiempo que en un duelo con sables de luz, Qui-Gon Jinn es asesinado por Darth Maul, un caballero oscuro (Sith), y que Palpatine gana las elecciones y se convierte en el nuevo canciller.

Crítica

Visto con la frialdad de la sinopsis de los párrafos precedentes, la película podría sonar interesante, y en sí, su trama lo es, sin embargo; tengo que decirlo, esta es la PEOR película de Star Wars que se pudo haber producido jamás (y no guardo reservas de lo que se está haciendo actualmente toda vez que en mi opinión, lo que se haga de Star Wars después de 2012, ya no es, propiamente dicho, Star Wars en sentido estricto, sino una extensión más, pero eso será materia de análisis en otra entrada).
El 3D no ayudó de mucho a la historia.

No hay muchos argumentos a su favor, comenzando por que la película es excesivamente infantil, con una notoria falta de épica y profesionalismo en su guión. Me explico: uno entiende que Anakin Skywalker sea un personaje de 9 años de edad; pero lo que no se puede entender es que un personaje como Jar-Jar Binks pueda existir en cualquier parte del universo, sencillamente, es grotesco el número de tonterías que comete en un intento de divertir en lo que más bien debería ser el épico inicio de una saga dramática.
Por otro lado, los villanos; en efecto se entiende que serán etéreos, como el propio título del episodio lo refiere, sin embargo, el famoso Darth Maul daba para mucho más en la saga, y es cortado por la mitad por Obi-Wan Kenobi, sin que vuelva a tener participación activa en la saga.
Finalmente, el problema medular: el filme es demasiado político, desde un inicio tiene una serie de politiquerías que no encajan del todo por ser  demasiado aburridas. La política dentro de un filme no es mala, pero hacerla excesiva y además aburrida, arruina la experiencia.
Darth Maul, el villano que pudo ser.

El resto de la película son efectos visuales, rubro en el que destaca esta película, y su música, que también es digna de calificarla favorablemente. Los aspectos positivos son pocos, realmente, y los negativos pesan demasiado al hacer el balance final
Al final, la película pasa el examen; pero sólo porque sus efectos especiales, la música, la caracterización y la ambientación hacen eficientemente su trabajo, no tanto por un guión notable o un argumento excelso; en resumen, pasa no por lo esencial, sino por lo accesorio.
Mi Valoración personal:


7.5

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