viernes, 16 de mayo de 2014

Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones


El 25 de mayo de 1977 el cine cambió para siempre. La industria cinematográfica vio de forma drástica cómo la forma de contar historias, a partir de esa fecha, no podía ser ya la misma.
Más allá de los efectos especiales (que son un mucho responsables del tremebundo éxito) la historia fue diferente y original: no es que no hubiera habido antes una película espacial, sólo que nunca había sido narrada en esa forma tan diferente, donde los límites de los descubrimientos científicos se ven anulados por completo (y por supuesto eso significa que mucho de lo que vemos en pantalla en realidad no podría ocurrir ni con todos los avances científicos).
Hace un par de días se celebró el cumpleaños de George Lucas, creador de todo ese mundo mítico que nació el 14 de mayo de 1944 en Modesto, California; pero hoy, 16 de mayo, se cumplen doce años del estreno de Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones, estrenada en un día como hoy, pero del lejano año de 2002, año en que las tres principales sagas de la década del 2000 exhibieron sus segundas entregas (El Señor de los Anillos: Las Dos Torres y Harry Potter y la Cámara delos Secretos).
Cabe hacer la aclaración que, si bien es cierto existe una versión novelada y otra en cómic de cada una de las entregas de Star Wars, lo primero que fue escrito en todos los casos fue el guión de la película, sobre del cual se efectuaron las adaptaciones en historieta y en novela.

Sinopsis

Advertencia: No sigas leyendo si no has visto la película
Diez años después de los hechos ocurridos en La Amenaza Fantasma (Cuya reseña tengo reservada para el día domingo 18 de este mes), Anakin Skywalker es un aprendiz de Jedi, discípulo de Obi Wan Kenobi; y por otro lado, la otrora reina de Naboo, Padmé Amidala es ahora senadora por su planeta y vive en la capital. Pero eso no es todo: diversos grupos han mostrado sus intenciones de abandonar la república galáctica, ante lo cual el senado está promoviendo la creación de un ejército para combatir los intentos secesionistas (es obvio que Lucas quiso asemejar su historia a la Guerra Civil norteamericana en que los Confederados peleaban por separarse de la Unión, y los Yankees peleaban para mantenerlos unidos).
Ante esto, y toda vez que Amidala es sumamente liberal y cuestiona de manera abierta la creación militar, se ha hecho de un grupo de enemigos que pretenden darle muerte; por lo que sufre atentados. En tal situación, se envía a Anakin a protegerla y a Kenobi a investigar al atacante.
Los caminos de Anakin y Kenobi se separan por vez primera en diez años. Anakin va con Padmé a su planeta natal para esconderse, mientras que Kenobi viaja al planeta Kamino, de donde proviene una de las armas del atacante de la senadora.
Kenobi descubre algo interesante: hace diez años se encargó a los pobladores de Kamino (expertos en el tema de clonación) la creación de un ejército de un millón de soldados para la república, supuestamente por un Jedi.
Por otra parte, en Naboo, el amor de Anakin por Padmé florece en una forma alarmante (y melosa, a la vez), sin embargo se ve interrumpido por los sueños de Anakin en relación a su madre, de quien no ha tenido noticias en diez años y supone, está sufriendo. Así, Anakin y Padmé emprenden la búsqueda en Tatooine, dando con su último domicilio conocido, su último esposo y familia; pero enterándose de que fue raptada por los moradores de las arenas hace un mes, y que lo más probable es que esté muerta.
Anakin emprende en solitario su búsqueda y finalmente la logra encontrar, pero ella se encuentra agonizando y, como diría William Shakespeare: muere.
Por otro lado Kenobi persigue al atacante de la senadora, de quien presume es la persona que se prestó como modelo para los clones en Kamino; siguiéndolo hasta el lejano planeta de Geonosis, donde es capturado por el líder separatista, el Conde Dooku.
Anakin lleva a cabo el funeral de su madre y va en camino a ayudar a Obi-Wan, no sin antes haber explotado en rabia y aniquilado a la población moradora de las arenas que tenía a su alcance, al momento de la muerte de su madre.
En Geonosis Anakin y Amidala también son capturados y enviados a una especie de circo romano, de donde son rescatados por los clones y algunos caballeros Jedi.
Así, la mortaja del lado oscuro cae, y la guerra de los clones comienza, al tiempo que, en secreto, Anakin y Padmé, pronuncian sus votos matrimoniales.

Crítica


He de ser honesto en decir que esta no es mi película favorita de la saga; en realidad, la trama es contada en esta ocasión de una forma muy lenta, de tal suerte que entre la cantidad de política que hay alrededor, y la melaza del romance de Anakin y Padmé, la mitad de la película es poco menos que aburrida; comienza a tomar forma hacia su segunda mitad, donde realmente pasa lo que tenía que pasar, la muerte de la madre de Anakin le da el toque dramático que se necesitaba para desatar en El Elegido la furia de que se hizo tanto alarde en El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi.
Un tema que va muy de la mano con lo anterior es la duración de la película; ésta es, sin lugar a dudas, la película más larga de la saga, y los 143 minutos se sienten en todo su esplendor, dado que es sólo hacia la parte final, donde estalla la guerra y la pelea entre Yoda y el Conde Dooku se muestra en todo su esplendor, que el filme realmente alcanza el estándar que una película de Star Wars supone. No es completamente mala, en realidad, tiene muchos puntos positivos, pero en realidad todos los defectos pesan al hacer el balance final. 
Aquí empieza la parte verdaderamente buena de la película
Las actuaciones no están del todo mal, si se exceptúa un poco la de Christensen que, en mi opinión, aparece un poco acartonado en esta cinta y es superado en mucho por Ewan McGregor y Natalie Portman. La historia es más sensata y lograda que su predecesora (Episodio I es, en mi opinión, la peor de la hexalogía), pero aún así no da del todo el ancho.
Mi Valoración personal:


8.3

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