El 25 de mayo de
1977 el cine cambió para siempre. La industria cinematográfica vio de forma
drástica cómo la forma de contar historias, a partir de esa fecha, no podía ser
ya la misma.
Más allá de los
efectos especiales (que son un mucho responsables del tremebundo éxito) la
historia fue diferente y original: no es que no hubiera habido antes una
película espacial, sólo que nunca había sido narrada en esa forma tan
diferente, donde los límites de los descubrimientos científicos se ven anulados
por completo (y por supuesto eso significa que mucho de lo que vemos en pantalla
en realidad no podría ocurrir ni con todos los avances científicos).
Hace un par de
días se celebró el cumpleaños de George Lucas, creador de todo ese mundo mítico
que nació el 14 de mayo de 1944 en Modesto, California; pero hoy, 16 de mayo,
se cumplen doce años del estreno de Star Wars Episodio II: El Ataque de los
Clones, estrenada en un día como hoy, pero del lejano año de 2002, año en que
las tres principales sagas de la década del 2000 exhibieron sus segundas
entregas (El Señor de los Anillos: Las Dos Torres y Harry Potter y la Cámara delos Secretos).
Cabe hacer la
aclaración que, si bien es cierto existe una versión novelada y otra en cómic
de cada una de las entregas de Star Wars, lo primero que fue escrito en todos
los casos fue el guión de la película, sobre del cual se efectuaron las
adaptaciones en historieta y en novela.
Sinopsis
Advertencia: No sigas leyendo si no has visto la película
Diez años
después de los hechos ocurridos en La
Amenaza Fantasma (Cuya reseña tengo reservada para el día domingo 18 de este mes),
Anakin Skywalker es un aprendiz de Jedi, discípulo de Obi Wan Kenobi; y por
otro lado, la otrora reina de Naboo, Padmé Amidala es ahora senadora por su
planeta y vive en la capital. Pero eso no es todo: diversos grupos han mostrado
sus intenciones de abandonar la república galáctica, ante lo cual el senado
está promoviendo la creación de un ejército para combatir los intentos
secesionistas (es obvio que Lucas quiso asemejar su historia a la Guerra Civil
norteamericana en que los Confederados peleaban por separarse de la Unión, y
los Yankees peleaban para mantenerlos unidos).
Ante esto, y
toda vez que Amidala es sumamente liberal y cuestiona de manera abierta la
creación militar, se ha hecho de un grupo de enemigos que pretenden darle
muerte; por lo que sufre atentados. En tal situación, se envía a Anakin a
protegerla y a Kenobi a investigar al atacante.
Los caminos de
Anakin y Kenobi se separan por vez primera en diez años. Anakin va con Padmé a
su planeta natal para esconderse, mientras que Kenobi viaja al planeta Kamino,
de donde proviene una de las armas del atacante de la senadora.
Kenobi descubre
algo interesante: hace diez años se encargó a los pobladores de Kamino
(expertos en el tema de clonación) la creación de un ejército de un millón de
soldados para la república, supuestamente por un Jedi.
Por otra parte,
en Naboo, el amor de Anakin por Padmé florece en una forma alarmante (y melosa,
a la vez), sin embargo se ve interrumpido por los sueños de Anakin en relación
a su madre, de quien no ha tenido noticias en diez años y supone, está
sufriendo. Así, Anakin y Padmé emprenden la búsqueda en Tatooine, dando con su
último domicilio conocido, su último esposo y familia; pero enterándose de que
fue raptada por los moradores de las arenas hace un mes, y que lo más probable
es que esté muerta.
Anakin emprende
en solitario su búsqueda y finalmente la logra encontrar, pero ella se encuentra
agonizando y, como diría William Shakespeare: muere.
Por otro lado
Kenobi persigue al atacante de la senadora, de quien presume es la persona que se
prestó como modelo para los clones en Kamino; siguiéndolo hasta el lejano
planeta de Geonosis, donde es capturado por el líder separatista, el Conde
Dooku.
Anakin lleva a
cabo el funeral de su madre y va en camino a ayudar a Obi-Wan, no sin antes
haber explotado en rabia y aniquilado a la población moradora de las arenas que
tenía a su alcance, al momento de la muerte de su madre.
En Geonosis
Anakin y Amidala también son capturados y enviados a una especie de circo
romano, de donde son rescatados por los clones y algunos caballeros Jedi.
Así, la mortaja
del lado oscuro cae, y la guerra de los clones comienza, al tiempo que, en
secreto, Anakin y Padmé, pronuncian sus votos matrimoniales.
Crítica
He de ser
honesto en decir que esta no es mi película favorita de la saga; en realidad,
la trama es contada en esta ocasión de una forma muy lenta, de tal suerte que
entre la cantidad de política que hay alrededor, y la melaza del romance de
Anakin y Padmé, la mitad de la película es poco menos que aburrida; comienza a
tomar forma hacia su segunda mitad, donde realmente pasa lo que tenía que
pasar, la muerte de la madre de Anakin le da el toque dramático que se
necesitaba para desatar en El Elegido la furia de que se hizo tanto alarde en El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi.
Un tema que va
muy de la mano con lo anterior es la duración de la película; ésta es, sin
lugar a dudas, la película más larga de la saga, y los 143 minutos se sienten
en todo su esplendor, dado que es sólo hacia la parte final, donde estalla la
guerra y la pelea entre Yoda y el Conde Dooku se muestra en todo su esplendor,
que el filme realmente alcanza el estándar que una película de Star Wars
supone. No es completamente mala, en realidad, tiene muchos puntos positivos,
pero en realidad todos los defectos pesan al hacer el balance final.
Aquí empieza la parte verdaderamente buena de la película |
Las actuaciones
no están del todo mal, si se exceptúa un poco la de Christensen que, en mi
opinión, aparece un poco acartonado en esta cinta y es superado en mucho por
Ewan McGregor y Natalie Portman. La historia es más sensata y lograda que su
predecesora (Episodio I es, en mi opinión, la peor de la hexalogía), pero aún
así no da del todo el ancho.
Mi Valoración
personal:
8.3
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