Stephen King es
actualmente considerado el rey indiscutible de la novela de terror. Sus
clásicas Carrie, y Eso son las más notables de una lista
que cada año añade varios títulos a la extensa bibliografía de este genio.
En 1977, King
apenas comenzaba su carrera como escritor y era conocido por Carrie, ese año nos plantea una obra
llena de, para parafrasear a Edgar Allan Poe, fantásticos terrores jamás antes sentidos.
Sinopsis.
La novela cuenta
la historia de Danny Torrance, un niño de cinco años hijo de Jack y Wendy
Torrance, un matrimonio que ha pasado su primera crisis gracias al alcoholismo
del cónyuge varón; quien es un pretendido escritor y, al encontrarse sin
trabajo, decide aceptar la oferta de ser el cuidador de un hotel de temporada
que debe cerrar todo el invierno dadas las bajas temperaturas: El Overlook
Hotel.
Danny tiene una
habilidad que sólo se puede calificar de clarividencia; aunque la novela lo
denomina “resplandor”. El hotel ha cambiado de propietario descomunalmente
dadas sus altas pérdidas y la cantidad de crímenes que allí han sucedido.
A Danny se le
advierte que no debe entrar en ciertas habitaciones, específicamente la 217;
pero como todo niño hace, basta con prohibirle algo, para que en un momento
dado, la curiosidad le corroa al grado de que se halla ante la puerta de tal
habitación y ve dentro de ella el cadáver de una mujer muerta hace mucho
tiempo.
Jack Torrance ha
investigado la historia del hotel y poco a poco se ha dado cuenta de todo lo
que en él ha ocurrido, siendo poco a poco seducido por el hotel mismo, a través
de visiones, convenciéndole de atacar a su familia. El hotel tiene personalidad
propia, manipula todo a su entorno, y todo aquel que muere dentro del mismo, se
queda para siempre en una fiesta de máscaras sin fin, donde, reina la muerte roja,
en una clara referencia a La Máscara de la Muerte Roja de Edgar Allan Poe.
Jack intenta
resistir en un principio, pero su voluntad es débil y termina cazando a su
familia por el hotel. Danny se conecta a través del resplandor con Dick
Halloran, el cocinero del hotel, quien le explicó de varias de las cosas que se
podía encontrar en el hotel y quien, al igual que Danny, también tiene el
resplandor. Dick llega al hotel para salvar a la familia, aunque Jack está tan
poseído por el hotel que ya no tiene control sobre sí. La caldera del hotel
explota con Jack adentro, y la familia junto con Dick logran salir antes de que
esto ocurra. En un último y desesperado momento, el hotel intenta poseer a Dick
para obligarlo a matar al niño, pero Dick no cede.
Crítica.
Stephen King
estaba en el umbral de la fama cuando escribió esta novela, y definitivamente
su prosa es fantástica; pero un tema me es imposible de eludir: las más de
doscientas páginas que la historia tarda verdaderamente en arrancar. Efectivamente,
uno conoce el contexto inicial y desde el primer capítulo más o menos le va
quedando a uno claro el tono de la historia, pero definitivamente pudieron
eliminarse un par de capítulos completos sin que ello afectara de forma
sustancial la obra de King.
Sin embargo, a
partir del primer encuentro en la habitación 217, la obra comienza a tomar el
ritmo, velocidad y tono adecuados; la narrativa se desliza hasta envolver al
lector entre el alcoholismo libre de etanol de Jack (se sabe de antemano que
teóricamente no hay una sola gota del alcohol en el hotel, la enorme curiosidad
de Danny y las preocupaciones de Wendy que comienzan a cobrar vida junto con el
hotel mismo. Lentamente la trama, con toda la carga psicológica posible, lleva
al lector a una psicosis emocional, a un estado donde se sabe que
ineludiblemente ocurrirá el punto violento de quiebre, donde el hotel buscará
apoderarse de Danny, a través de su padre.
¿Fácil de
digerir? No. ¿Extenso? Un poco. ¿La mejor obra de King? Definitivamente no.
¿Qué lo hace bueno? La segunda mitad, con la narrativa de King. Es bueno, pero
se debe estar consciente, es muy, pero muy pesado de leer y más aún, de
digerir.
La película: Inexacta, pero entretenida
Stanley Kubrick,
director de 2001: Odisea del Espacio, en 1980 dirigió la adaptación más
reconocida de esta obra. Definitivamente nunca se debe esperar que una película
contenga hasta el más mínimo detalle de la novela que se pretende adaptar, dado
que precisamente es una adaptación y muchas veces, la visión del director puede
ser más pequeña o más grande de la del autor del libro.
En ese contexto
lo primero que puedo decir es que la visión original del libro le da una
trascendencia toral a la personalidad del hotel, y su exigencia de que Danny
Torrance se convierta en parte de su acervo, mientras que en la película no se
menciona la personalidad del hotel y es algo que en sí queda en el aire, como a
la libre deducción del espectador.
En definitiva,
para tratarse de una película de ya más de 30 años, y con el impacto que por
esas fechas habrá causado El Exorcista, se
trata de una buena cinta, una adaptación que si bien se tomó ciertas libertades
dentro del guión, lo cierto es que llevar la novela punto por punto habría sido
un desastre debido a lo pesado de la trama. Un defecto que sí se puede
encontrar es que el personaje de Wendy pareciera estar toda la vida a punto de
echarse a llorar, termina por creerse que no puede cerrar la boca o algo así,
dado que siempre está con cara de asombro, abriendo la boca. Jack Nicholson es
fantástico en el personaje de Jack Torrance, y eso compensa el defecto actoral
antes referido. Sirve para pasar el rato, si lo que se busca es una película de
terror psicológico, esta es seguramente una de las más notables.
Mi valoración
personal:
Del libro 7
De la película
7.5