miércoles, 12 de marzo de 2014

Cosmos: de ayer a mañana.


"El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue, todo lo que será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos estremecen: sentimos como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que estamos ante el más grandioso de los misterios."
No es materia de este blog la crítica de series de televisión, pero por hoy haremos una excepción, porque la serie de que les voy a hablar no necesita carta de presentación. En 1980, un atrevido científico presentó una serie de 13 episodios llamada “Cosmos: un viaje personal” serie de sólo trece episodios, pero que fue retransmitida y vista por millones de personas en todo el mundo. Su creador: Carl Sagan.
Carl Sagan nos enseñó la historia de la biblioteca de Alejandría y los grandes descubrimientos que en ella se efectuaron, el calendario cósmico, del que la humanidad sólo representa los últimos diez segundos del último minuto del 31 de diciembre; Ptolomeo, Kepler, Tycho Brahe, el planeta Venus y cómo su efecto invernadero sería completamente nocivo en nuestro planeta; Marte como gemelo de la Tierra; constelaciones , velocidad de la luz, las teorías del multiverso, las diferentes dimensiones del cosmos; la información, el cerebro, la memoria humana, el ADN, y finalmente una reflexión sobre el destino de la humanidad, con tantas guerras y desastres, en un capítulo final que sugiere todo: ¿Quién habla en nombre de la Tierra?
La serie contó con trece capítulos, a saber:
1.- En la orilla del océano cósmico
2.- Una voz en la fuga cósmica
3.- La armonía de los mundos
4.- Cielo e infierno
5.- Blues para un planeta rojo
6.- Historias de viajeros
7.- El espinazo de la noche
8.- Viajes a través del espacio y el tiempo
9.- La vida de las estrellas
10.- El filo de la eternidad
11.- La persistencia de la memoria
12.- Enciclopedia galáctica
13.- ¿Quién habla en nombre de la Tierra?
Carl Sagan
(9 de noviembre de 1934 - 20 de diciembre de 1996)

Cosmos es definitivamente la serie de divulgación científica que más oportunidad ha tenido de llegar a todas las personas, y que inspiró a una generación completa, que más tarde reproduciría los conocimientos divulgados y el formato en que se realizó: tiempo más tarde vinieron series como el exitoso Mundo de Beakman, que recientemente se presentó en vivo en la Ciudad de México; para acercar la ciencia a las personas de a pie.
Ayer se transmitió a nivel mundial el primer episodio de la serie Cosmos: A Space Time Oddisey; en una clara referencia a la cinta dirigida por Stanley Kubrick en 1968, “2001: A Space Oddisey” pero además, en un claro tributo a Carl Sagan, con su mítica serie que, aunque hoy muchos de sus conceptos han quedado claramente superados a la luz de los nuevos descubrimientos científicos, nunca se olvidará su contribución a la ciencia y a la sociedad en general.
En esta nueva producción, escrita por Ann Druyan (cónyuge supérstite de Carl Sagan) y presentada por Neil deGrasse Tyson, se comienza en la Orilla del océano cósmico. Ya no es Carl Sagan diciéndonos que el Cosmos es todo lo que es, lo que fue y lo que será, etcétera; pero la esencia está allí; la explicación sobre dónde estamos. Se figura como aquél capítulo de los Simpson donde en el chiste del sofá, la cámara se aleja de la cabeza de Homero al ritmo de Así habló Zarathustra, de Richard Strauss, y se sale del estado, del país, del planeta, el sistema solar, la galaxia y así sucesivamente.
Nuevamente, estamos ante el más grandioso de los misterios, como dijo Sagan hace 34 años. Evidentemente, se echa en falta a Carl, quien falleció en 1996, pero eso no impide ver una obra completa, donde se revive aquél calendario cósmico y nos recuerda cómo el conocimiento y la libertad de expresión no siempre han sido considerados derechos de todos los individuos, así como lo pequeños que somos ante la inmensidad y la eternidad del universo. Los conceptos de Sagan no están tan lejanos, después de todo.
Existen, no obstante, una serie de posiciones religiosas que se han mostrado reticentes a esta nueva serie; como con la primera no se hace esperar la lluvia de críticas por la forma en que se trata el tema religioso; pero ahí debe mirarse desde el contexto: la serie es finalmente una divulgación científica, no religiosa; es como si se esperara una serie de razonamientos y pruebas científicas, por ejemplo, en las películas sobre el Éxodo o el Evangelio; es querer mezclar lo que no debe mezclarse.
Respetando la decisión religiosa de cada quien, creo que no debe buscarse una explicación o anotación religiosa en esta serie dado su contenido científico, y también deben admitirse los hechos imputados a la Inquisición, dado que finalmente, son ciertos, y en aquellos tiempos, la libertad de pensamiento era, literalmente, impensable.

Falta aún ver el resto de la serie, que nuevamente se compondrá de trece episodios, pero es muy probable que cumpla con las expectativas que toda una generación se ha hecho, ante la ineludible comparación con la serie de 1980 que nos enseñó un poco del universo, del Cosmos.

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