"El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue, todo lo que
será. Nuestras más ligeras contemplaciones del cosmos nos estremecen: sentimos
como un cosquilleo nos llena los nervios, una voz muda, una ligera sensación
como de un recuerdo lejano o como si cayéramos desde gran altura. Sabemos que estamos
ante el más grandioso de los misterios."
No es materia de este blog la crítica de series de
televisión, pero por hoy haremos una excepción, porque la serie de que les voy
a hablar no necesita carta de presentación. En 1980, un atrevido científico
presentó una serie de 13 episodios llamada “Cosmos: un viaje personal” serie de
sólo trece episodios, pero que fue retransmitida y vista por millones de
personas en todo el mundo. Su creador: Carl Sagan.
Carl Sagan nos enseñó la historia de la biblioteca de
Alejandría y los grandes descubrimientos que en ella se efectuaron, el
calendario cósmico, del que la humanidad sólo representa los últimos diez
segundos del último minuto del 31 de diciembre; Ptolomeo, Kepler, Tycho Brahe, el
planeta Venus y cómo su efecto invernadero sería completamente nocivo en
nuestro planeta; Marte como gemelo de la Tierra; constelaciones , velocidad de
la luz, las teorías del multiverso, las diferentes dimensiones del cosmos; la
información, el cerebro, la memoria humana, el ADN, y finalmente una reflexión
sobre el destino de la humanidad, con tantas guerras y desastres, en un capítulo
final que sugiere todo: ¿Quién habla en nombre de la Tierra?
La serie contó con trece capítulos, a saber:
1.- En la orilla del océano cósmico
2.- Una voz en la fuga cósmica
3.- La armonía de los mundos
4.- Cielo e infierno
5.- Blues para un planeta rojo
6.- Historias de viajeros
7.- El espinazo de la noche
8.- Viajes a través del espacio y el tiempo
9.- La vida de las estrellas
10.- El filo de la eternidad
11.- La persistencia de la memoria
12.- Enciclopedia galáctica
13.- ¿Quién habla en nombre de la Tierra?
Carl Sagan (9 de noviembre de 1934 - 20 de diciembre de 1996) |
Cosmos es definitivamente la serie de divulgación científica
que más oportunidad ha tenido de llegar a todas las personas, y que inspiró a
una generación completa, que más tarde reproduciría los conocimientos
divulgados y el formato en que se realizó: tiempo más tarde vinieron series
como el exitoso Mundo de Beakman, que recientemente se presentó en vivo en la
Ciudad de México; para acercar la ciencia a las personas de a pie.
Ayer se transmitió a nivel mundial el primer episodio de la
serie Cosmos: A Space Time Oddisey; en una clara referencia a la cinta dirigida
por Stanley Kubrick en 1968, “2001: A Space Oddisey” pero además, en un claro
tributo a Carl Sagan, con su mítica serie que, aunque hoy muchos de sus
conceptos han quedado claramente superados a la luz de los nuevos
descubrimientos científicos, nunca se olvidará su contribución a la ciencia y a
la sociedad en general.
En esta nueva producción, escrita por Ann Druyan (cónyuge
supérstite de Carl Sagan) y presentada por Neil deGrasse Tyson, se comienza en
la Orilla del océano cósmico. Ya no es Carl Sagan diciéndonos que el Cosmos es
todo lo que es, lo que fue y lo que será, etcétera; pero la esencia está allí;
la explicación sobre dónde estamos. Se figura como aquél capítulo de los
Simpson donde en el chiste del sofá, la cámara se aleja de la cabeza de Homero
al ritmo de Así habló Zarathustra, de Richard Strauss, y se sale del estado,
del país, del planeta, el sistema solar, la galaxia y así sucesivamente.
Nuevamente, estamos ante el más grandioso de los misterios,
como dijo Sagan hace 34 años. Evidentemente, se echa en falta a Carl, quien
falleció en 1996, pero eso no impide ver una obra completa, donde se revive
aquél calendario cósmico y nos recuerda cómo el conocimiento y la libertad de
expresión no siempre han sido considerados derechos de todos los individuos,
así como lo pequeños que somos ante la inmensidad y la eternidad del universo. Los
conceptos de Sagan no están tan lejanos, después de todo.
Existen, no obstante, una serie de posiciones religiosas que
se han mostrado reticentes a esta nueva serie; como con la primera no se hace
esperar la lluvia de críticas por la forma en que se trata el tema religioso;
pero ahí debe mirarse desde el contexto: la serie es finalmente una divulgación
científica, no religiosa; es como si se esperara una serie de razonamientos y
pruebas científicas, por ejemplo, en las películas sobre el Éxodo o el Evangelio;
es querer mezclar lo que no debe mezclarse.
Respetando la decisión religiosa de cada quien, creo que no
debe buscarse una explicación o anotación religiosa en esta serie dado su
contenido científico, y también deben admitirse los hechos imputados a la
Inquisición, dado que finalmente, son ciertos, y en aquellos tiempos, la libertad
de pensamiento era, literalmente, impensable.
Falta aún ver el resto de la serie, que nuevamente se
compondrá de trece episodios, pero es muy probable que cumpla con las expectativas
que toda una generación se ha hecho, ante la ineludible comparación con la
serie de 1980 que nos enseñó un poco del universo, del Cosmos.
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