domingo, 25 de mayo de 2014

Star Wars: 37 años de ser la mejor.

El afiche original.

El 25 de mayo de 1977 se estrenó la poco conocida y anunciada Star Wars. Para entonces, su director ya contaba con el honor de ser nominado al Óscar por American Graffiti, película que en 1973 había recaudado la módica suma de 115 millones de dólares y tenido una favorable recepción de la crítica; sin tener realmente mayor trascendencia o relevancia.
Cuatro años después, George Lucas presentaba una cinta completamente diferente, con miras al espacio exterior, que contó con un presupuesto inicial de la risible cantidad de 8 millones de dólares (que se elevaron a 11 en el curso de la producción). Lucas había tratado de vender la idea de una película sobre aventuras espaciales a la Paramount Pictures, Universal Studios y otras empresas similares, con el mismo éxito que Thomas Alva Edison en sus primeros intentos de fabricar la bombilla. Finalmente sería la 20th Century Fox la que, de mala gana, le diera el presupuesto a cambio de un trato que por entonces parecía insignificante: Lucas no cobraría como director pero retendría los derechos de comercialización de la película.
La pantalla vio en 1977 cómo los viejos trucos visuales de películas como Los Diez Mandamientos o 2001: Odisea del Espacio, quedaban completamente atrás. Star Wars a la postre alcanzaría 10 nominaciones al Óscar, incluyendo mejor película; ganando un total de 7 estatuillas.
En 1997, con motivo del XX aniversario del primer estreno, Lucasfilm lanzó el reestreno de la trilogía existente, con adiciones y reformas a los efectos especiales y mejoras en general en la calidad visual y sonido. Fue así como el que escribe vio por vez primera la saga espacial más influyente de la historia.

Sinopsis.

En una galaxia muy lejana el Imperio Galáctico es artífice de una opresión sin límites: la rebelión apenas ha surgido y ganado su primera batalla contra el Imperio, logrando robar los planos de su arma máxima: la Estrella de la Muerte, un arma con capacidad suficiente para destruir un planeta.
La princesa Leia, líder de la alianza rebelde es capturada mientras se dirigía a Alderaan, su planeta natal, por Darth Vader el más siniestro de los agentes imperiales, debiendo mandar los planos del arma máxima del Imperio en un androide astromecánico identificado como R2-D2. Así, el robot en compañía de un robot dorado con forma humana, de nombre C-3PO, sale de la nave donde se encontraban en una cápsula espacial que es atraída por el impulso gravitacional de Tatooine, un planeta desértico con dos soles.
Una de las escenas más notables de la película.

Allí, los androides son interceptados por unas criaturas llamadas Jawas, que se dedican a la compraventa de robots; logrando vender al par en una granja perteneciente a Owen Lars, que encomienda a su sobrino huérfano Luke Skywalker que los limpie. A solas con Luke, R2-D2 muestra un fragmento del críptico mensaje en que se encuentran contenidos los planos de la Estrella de la Muerte; la princesa Leia aparece como un holograma diciendo únicamente “ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”; Luke casi inmediatamente conecta el nombre con un viejo ermitaño que vive en el mar de las dunas que se hace llamar Ben Kenobi; La unidad R2 escapa esa noche y Luke lo persigue por la mañana en un paraje lejano donde es atacado por los moradores de las arenas, que son ahuyentados por el mismísimo Ben Kenobi, quien rescata a Luke y finalmente se revela como el Obi-Wan que busca el androide, revelando este último el mensaje completo que provocará que Obi Wan decida ir a Alderaan a entregar el androide con los datos que contiene. Luke se ve en una encrucijada: no puede dejar a sus tíos, pese a su firme intención de estudiar en la academia de pilotos.
Entretanto, el imperio ha mandado investigar qué ocurrió con la cápsula que, presumen, contiene los planos de la Estrella de la Muerte. Han llegado a Tatooine y dado incluso con los Jawas que vendieron a R2-D2 y C-3PO, de lo que Luke y Ben se enteran al pasar cerca del vehículo donde se transportaban los Jawas. Así Luke va en busca de sus tíos, pues, infiere, los agentes imperiales sabrán ahora a quién fueron vendidos los androides. Cuando Luke llega, los cuerpos de sus tíos yacen afuera de la destruida propiedad.
Así es como Luke decide unirse a Ben y viajar a Alderaan, en compañía del arrogante piloto Han Solo, un contrabandista local, y Chewbacca, una gritona criatura, a bordo del Halcón Milenario, una nave que presume de ser la más rápida de la galaxia.
Al mismo tiempo, Leia ha sido torturada hasta el cansancio para que revele la ubicación exacta de la base rebelde, sin éxito a la fecha; por lo que el Gobernador Tarkin, en compañía de Darth Vader idean la mejor forma de hacerla hablar: destruir en sus narices su planeta natal con la Estrella de la Muerte; Leia al parecer cede y les revela que la base se encuentra en Dantooine; sin embargo el destino de su planeta natal está sellado: la destrucción llega al inerme planeta que se asemeja a la Tierra.
Los cuatro invencibles... vale, no.

Así, el halcón milenario llega a lo que parece un campo de asteroides, los vestigios de un planeta destruido, del que sólo se logra apreciar a lo lejos lo que parece una luna; al dirigirse a ella resulta ser la Estrella de la Muerte, que los ha atraído en su escudo magnético.
Imposibilitados para escapar, sus tripulantes se esconden, dejando la nave en un hangar de la Estrella de la Muerte. Robando trajes de soldados imperiales, Han y Luke logran salir y ocupar un puesto de mando en la Estrella, donde finalmente se enteran de que la princesa Leia está allí capturada por el imperio y sentenciada a muerte. Por su parte, Ben Kenobi decide ir en busca de los controles que permitirían liberar a la nave y que ésta pueda escapar. Han y Luke van en busca de la princesa Leia para rescatarla y tras una persecución que implica un compactador de basura y una huida tipo Tarzán,  Leia, Han, Luke  y Chewbacca finalmente están al pie de la nave; al tiempo que los androides también han llegado al hangar y Ben Kenobi se está batiendo en duelo con Darth Vader. En el último momento, Vader cercena a Kenobi, cuyo cuerpo desaparece en el acto; ante la mirada atónita de Vader y de Luke, quien se encontraba mirando en ese preciso instante desde el hangar.
La carlinga del Halcón a la velocidad de la Luz.

El halcón logra salir de la estrella y se encamina hacia la base rebelde, ubicada en la cuarta luna de Yavin (en realidad la princesa nunca cedió en su postura de no revelar el sitio de la base, pero ahora comprende que la nave está siendo rastreada y que finalmente está llevando al Imperio al lugar de la base rebelde).
La Estrella de la Muerte llega a Yavin; donde los rebeldes han encontrado la forma de destruirla; y envían 30 naves monoplazas que la atacan mientras la Estrella intenta orbitar el planeta para dejar al descubierto la luna donde está la base rebelde. Finalmente, al tercer, último y desesperado intento, Luke Skywalker, ahora piloto de la rebelión, destruye la Estrella, con Darth Vader como único sobreviviente gracias a encontrarse él también en una nave monoplaza.

Libros y universo expandido.

La primera edición

Del guión  de esta película se generó un libro: Star Wars, from the adventures of Luke Skywalker, que llegó a México a través de Editorial Planeta, publicado en una única edición, baste decir al respecto que el libro es copia fiel de lo que aparece en pantalla (ojo, no es al revés a razón de que el guión fue elaborado primero y sobre de éste se generó la novela, que si bien se publicó en 1976, la película ya se encontraba en post producción.
El Ojo de la Mente,
lo que nunca fue película.
Sobre este universo después se escribiría El Ojo de la Mente (Splinters of the mind's eye), lo que pretendía ser una continuación, que nunca llegó a la pantalla debido al guión de El Imperio Contraataca.

Crítica.

Hasta 1977, la única película con efectos visuales de alta fidelidad había sido 2001: Odisea del Espacio, y seamos honestos; la velocidad no había sido el fuerte del filme de Kubrick, sin embargo ahora George Lucas presentaba un filme profundamente innovador: el extremado nivel de detalle de las naves y objetos en pantalla, la velocidad y pulcritud de los efectos especiales y, sobre todo, la narrativa épica, con personajes novedosos, el egocéntrico Han Solo, la mandona Princesa Leia y el villano más temido del momento (y uno de los mejores de la historia), Darth Vader, quien no tiene empacho en torturar a quien sea con tal de conseguir sus propósitos. Será el primero de tres filmes donde Darth Vader verdaderamente se convertirá en un personaje para la posteridad.

El guión original tuvo numerosos cambios y fue pulido en varias ocasiones, pero los personajes fueron siempre básicamente los mismos; realmente Lucas se lució con un guión tan perfecto como narrativa es la película.
El día que la cinematografía nunca olvidará.
Otro rubro donde la película alcanza la perfección es la música. John Williams ya había trabajado anteriormente para cine y conseguido alguna estatuilla, pero con esta banda sonora se consagra como uno de los mejores compositores del gremio, al orquestar en forma fantástica los acordes que hacen sentir la emoción de las escenas que se están transmitiendo, es decir, logró llevar a la perfección el sentido de cada escena al pentagrama y finalmente, al oído del espectador.
En realidad, 2001 había utilizado música clásica; pero definitivamente que la música original de Williams queda como anillo al dedo a las escenas espaciales y como fondo temático de los personajes (mucha gente asocia el tema “Imperial March” con Darth Vader).
Defectos son pocos los que se pueden encontrar en este admirable filme, y quizá el rubro donde más los hay es del lado histriónico. En efecto, Mark Hamill no es precisamente el mejor actor que la pantalla haya visto; y por supuesto que tampoco lo es Carrie Fisher; sin embargo el trabajo es eficiente, quizá por la inercia del guión, pero en general, el trabajo de los actores, si bien no es muy notable (con excepción de Sir Alecc Guiness, el único actor que se puede jactar de haber obtenido una nominación al Óscar por Star Wars), también hay que reconocer que su trabajo es correcto y no desmerece al resto de los elementos de la película.
Con una recaudación de ¾ de billón de dólares, (léase billón en términos ingleses, 1000 millones, no en términos españoles, que es un millón de millones), se convirtió en la película más taquillera de la historia, título que retendría por cinco años, cuando en 1982, E.T., superó la cifra.
Es excelente, bien narrada y entretenida; que es lo que a fin de cuentas se busca en una película, en ese tenor, se puede considerar como una obra maestra del cine y, por supuesto una de las mejores películas que la pantalla haya visto. Quien no la haya visto, definitivamente comete un terrible sacrilegio.

Mi valoración personal:


10.0

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