viernes, 30 de mayo de 2014

El Regreso del Jedi: el allegretto.



El 25 de mayo de 1983, seis años después del estreno de la película original, se cerraba lo que hoy se conoce como la Trilogía Clásica de Star Wars.
El título original de esta entrega fue “Revenge of the Jedi”, traducido como “La Venganza del Jedi”. En 2004, George Lucas revelaría que el título definitivo había sido el que en primer término consideró para esta entrega, sin embargo, por cuestiones de producción, considerando que era un título “algo débil” decidió cambiarlo por “Revenge of the Jedi”, no obstante, semanas previas al estreno se decidió regresar a “Return of the Jedi”, traducido oficialmente en España como “El Retorno del Jedi” y aquí en México y el resto de América Latina como “El Regreso del Jedi”. El concepto de “La Venganza” se quedó en el tintero por 22 años hasta que, en 2005 fuera utilizado para el Episodio III: La Venganza delos Sith.
El filme constituía el sexto episodio en la saga de aventuras de Luke Skywalker, a sabiendas de que faltaban aún por realizarse algún día los episodios I, II y III.
Dirigida por Richard Marquand, esta película obtuvo el mismo favor de la crítica y la taquilla que sus predecesoras, sumando con este estreno, hasta ese momento, a favor de la saga de Lucas  la friolera de 1,800 millones de dólares en taquilla a nivel mundial, sólo con cierta reticencia por parte de la crítica más purista.

Sinopsis.

Se iba a llamar "La Venganza del Jedi"

Tras los sucesos de El Imperio Contraataca, Luke decide ir en busca de Han Solo en Tatooine, lugar en donde se encuentra Jabba el Hutt, un gángster a quien Solo debía desde la primera película una suma considerable de dinero.
Tras un altercado en el cual se ve involucrada la princesa Leia (con un fabuloso vestuario que deja muy poco a la imaginación y constituye uno de los grandes elogios que se pueden hacer a esta película), se logra liberar a Han Solo para poder así conducirse hacia Sullust, donde la Alianza Rebelde realiza una reunión sobre la nueva Estrella de la Muerte y los planes para destruirla.
Luke se vuelve a separar del grupo para acudir a cumplir su promesa con Yoda, quien ya está muy enfermo y tras confirmar a Luke que Darth Vader es su padre, muere de forma tan simple que ni Shakespeare lo hubiera podido escribir con menos letras.
Luke Skywalker se encuentra con el fantasma de Obi-Wan Kenobi, con quien discute sobre el hecho de que no le haya revelado que Darth Vader es su padre; la respuesta de Kenobi es simple: desde su punto de vista, Anakin Skywalker murió en aquella pelea en Mustafar. Así, tras revelar también que la princesa Leia es su hermana, Luke parte con la certeza de que, para finalmente convertirse en caballero Jedi, debe enfrentarse a Darth Vader otra vez.
La Princesa Leia, como muchos
la queríamos ver

La Alianza rebelde planea destruir la estrella de la muerte a través de un plan que implica destruir el generador del escudo de la Estrella, que la protege toda vez que aún no está terminada.
Han Solo, Leia y Chewbacca son enviados a ese fin, en tanto que Lando Carlissian comandará el ataque aéreo para entrar al reactor principal. Luke de último momento se une a la comitiva para destruir el escudo en la Luna de Endor, y se embarca en una nave imperial robada junto con los tripulantes originales del Halcón Milenario (nave que por esta ocasión será comandada por Lando Carlissian).
Darth Vader ha recibido al Emperador en la Estrella de la Muerte y vigila personalmente los avances de la construcción de la Estrella. Así, por órdenes del Emperador se aleja de la Estrella y baja a la luna de Endor, para capturar a su hijo, quien se entrega voluntariamente tras haber revelado a Leia su parentesco.
La batalla comienza, la Alianza rebelde logra unirse a una tribu de ewoks (unos ositos de peluche nativos de la luna de Endor), y así ataca una de las entradas del generador del blindaje; pero la batalla se complica y no pueden destruirlo como estaba planeado.
Por otro lado Vader lleva a Luke con el Emperador, quien pretende que sea su nuevo aprendiz; Vader no cede un milímetro, y entonces comienza la pelea entre ambos. A diferencia del enfrentamiento previo, en esta ocasión está más equilibrado y finalmente Luke vence a Vader.
El Emperador, el verdadero villano.

En la luna, finalmente se destruye el escudo de la Estrella y así se da inicio del ataque aéreo en que participa el Halcón Milenario.
El Emperador tienta por última vez a Luke quien no cede, lo que ocasiona que se vea el inmenso poder de Palpatine, quien ataca con impasibles rayos de energía al joven Jedi. Justo en el punto en que las cosas no pueden ir más mal, Vader, que se debate entre permitir o no que el Emperador mate a su hijo, finalmente se decide por traicionar al Emperador ocasionándose heridas mortales, y regresando así al lado luminoso de la fuerza.
Vader muere poco antes de la destrucción final de la Estrella de la Muerte y Luke logra salir de allí a bordo de la misma nave que lo condujo. El epílogo muestra a Luke regresando a Endor y reuniéndose en una celebración donde lo acompañan sus amigos y los espectros de Yoda, Ben Kenobi y su padre. El Imperio había muerto, larga vida a la alianza.

Crítica.

El bien y el mal.

Muchos consideran que esta película es la más antiestética de la trilogía. Tal vez lo sea, pero eso no la convierte en una mala película. Empezaré por decir que es la película más emocional de la trilogía. Sí, vimos el “yo soy tu padre” en todo su esplendor en el filme previo, pero será en esta donde sentiremos el intenso debate de Luke contra Ben Kenobi, y después contra su padre; el debate emocional de Vader y, finalmente, la destrucción final del Imperio.
Las trilogías tienen reglas; y la trilogía clásica de Star Wars es el claro ejemplo de una saga que las siguió a la perfección. El filme previo nos dejó con ganas de ver el siguiente; cortó en el momento justo en que el espectador quiere saber más, mucho más de lo que vio. El tercer filme es el allegretto, donde toda la trama previa cobra sentido, se conecta con el espectador y se da el espectacular final que el público espera.
El guión no es el fuerte, pero se compensa con la actuación creíble y la caracterización de los actores que, en su mayoría hicieron un eficiente trabajo.
Los ewoks. Para muchos son el talón de Aquiles, básicamente infantilizaron la película, pero a fin de cuentas, muchos de los que verían esa película serían niños; además, la película en sí no es tan infantil como que se pudiera considerar insoportable. No son perfectos, pero los ewoks son, por lo menos, susceptibles de ser soslayados por la audiencia.
Definitivamente esta película vuelve a hacer gala de una cantidad considerable de efectos visuales que, estéticamente son mucho más pulcros (si acaso se pude eso) que los de sus predecesoras; tanto así que el propio Lucas tuvo que admitir que en la Edición Especial de 1997 no fue necesario hacer demasiados arreglos a esta película.
Es fantástica la forma en que se maneja la trama de tal suerte que el espectador pueda, dejando de lado los efectos especiales y otras cosas accesorias, prestarle atención y ver que está hecha como una verdadera joya (aunque el guión no sea precisamente Shakespeare, pero fluye correctamente).
La música sigue siendo fabulosa y John Williams compone temas que acentúan la conexión emocional de este filme.
Al final, son pocos los defectos que se pueden considerar relevantes y sí muchas virtudes. Tal vez no es El Imperio Contraataca, en términos de perfección y estética, pero está bien hecha y tiene el fastuoso final que una película de Star Wars supone.
La batalla final.

Mi valoración personal:

9.5

domingo, 25 de mayo de 2014

Star Wars: 37 años de ser la mejor.

El afiche original.

El 25 de mayo de 1977 se estrenó la poco conocida y anunciada Star Wars. Para entonces, su director ya contaba con el honor de ser nominado al Óscar por American Graffiti, película que en 1973 había recaudado la módica suma de 115 millones de dólares y tenido una favorable recepción de la crítica; sin tener realmente mayor trascendencia o relevancia.
Cuatro años después, George Lucas presentaba una cinta completamente diferente, con miras al espacio exterior, que contó con un presupuesto inicial de la risible cantidad de 8 millones de dólares (que se elevaron a 11 en el curso de la producción). Lucas había tratado de vender la idea de una película sobre aventuras espaciales a la Paramount Pictures, Universal Studios y otras empresas similares, con el mismo éxito que Thomas Alva Edison en sus primeros intentos de fabricar la bombilla. Finalmente sería la 20th Century Fox la que, de mala gana, le diera el presupuesto a cambio de un trato que por entonces parecía insignificante: Lucas no cobraría como director pero retendría los derechos de comercialización de la película.
La pantalla vio en 1977 cómo los viejos trucos visuales de películas como Los Diez Mandamientos o 2001: Odisea del Espacio, quedaban completamente atrás. Star Wars a la postre alcanzaría 10 nominaciones al Óscar, incluyendo mejor película; ganando un total de 7 estatuillas.
En 1997, con motivo del XX aniversario del primer estreno, Lucasfilm lanzó el reestreno de la trilogía existente, con adiciones y reformas a los efectos especiales y mejoras en general en la calidad visual y sonido. Fue así como el que escribe vio por vez primera la saga espacial más influyente de la historia.

Sinopsis.

En una galaxia muy lejana el Imperio Galáctico es artífice de una opresión sin límites: la rebelión apenas ha surgido y ganado su primera batalla contra el Imperio, logrando robar los planos de su arma máxima: la Estrella de la Muerte, un arma con capacidad suficiente para destruir un planeta.
La princesa Leia, líder de la alianza rebelde es capturada mientras se dirigía a Alderaan, su planeta natal, por Darth Vader el más siniestro de los agentes imperiales, debiendo mandar los planos del arma máxima del Imperio en un androide astromecánico identificado como R2-D2. Así, el robot en compañía de un robot dorado con forma humana, de nombre C-3PO, sale de la nave donde se encontraban en una cápsula espacial que es atraída por el impulso gravitacional de Tatooine, un planeta desértico con dos soles.
Una de las escenas más notables de la película.

Allí, los androides son interceptados por unas criaturas llamadas Jawas, que se dedican a la compraventa de robots; logrando vender al par en una granja perteneciente a Owen Lars, que encomienda a su sobrino huérfano Luke Skywalker que los limpie. A solas con Luke, R2-D2 muestra un fragmento del críptico mensaje en que se encuentran contenidos los planos de la Estrella de la Muerte; la princesa Leia aparece como un holograma diciendo únicamente “ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi única esperanza”; Luke casi inmediatamente conecta el nombre con un viejo ermitaño que vive en el mar de las dunas que se hace llamar Ben Kenobi; La unidad R2 escapa esa noche y Luke lo persigue por la mañana en un paraje lejano donde es atacado por los moradores de las arenas, que son ahuyentados por el mismísimo Ben Kenobi, quien rescata a Luke y finalmente se revela como el Obi-Wan que busca el androide, revelando este último el mensaje completo que provocará que Obi Wan decida ir a Alderaan a entregar el androide con los datos que contiene. Luke se ve en una encrucijada: no puede dejar a sus tíos, pese a su firme intención de estudiar en la academia de pilotos.
Entretanto, el imperio ha mandado investigar qué ocurrió con la cápsula que, presumen, contiene los planos de la Estrella de la Muerte. Han llegado a Tatooine y dado incluso con los Jawas que vendieron a R2-D2 y C-3PO, de lo que Luke y Ben se enteran al pasar cerca del vehículo donde se transportaban los Jawas. Así Luke va en busca de sus tíos, pues, infiere, los agentes imperiales sabrán ahora a quién fueron vendidos los androides. Cuando Luke llega, los cuerpos de sus tíos yacen afuera de la destruida propiedad.
Así es como Luke decide unirse a Ben y viajar a Alderaan, en compañía del arrogante piloto Han Solo, un contrabandista local, y Chewbacca, una gritona criatura, a bordo del Halcón Milenario, una nave que presume de ser la más rápida de la galaxia.
Al mismo tiempo, Leia ha sido torturada hasta el cansancio para que revele la ubicación exacta de la base rebelde, sin éxito a la fecha; por lo que el Gobernador Tarkin, en compañía de Darth Vader idean la mejor forma de hacerla hablar: destruir en sus narices su planeta natal con la Estrella de la Muerte; Leia al parecer cede y les revela que la base se encuentra en Dantooine; sin embargo el destino de su planeta natal está sellado: la destrucción llega al inerme planeta que se asemeja a la Tierra.
Los cuatro invencibles... vale, no.

Así, el halcón milenario llega a lo que parece un campo de asteroides, los vestigios de un planeta destruido, del que sólo se logra apreciar a lo lejos lo que parece una luna; al dirigirse a ella resulta ser la Estrella de la Muerte, que los ha atraído en su escudo magnético.
Imposibilitados para escapar, sus tripulantes se esconden, dejando la nave en un hangar de la Estrella de la Muerte. Robando trajes de soldados imperiales, Han y Luke logran salir y ocupar un puesto de mando en la Estrella, donde finalmente se enteran de que la princesa Leia está allí capturada por el imperio y sentenciada a muerte. Por su parte, Ben Kenobi decide ir en busca de los controles que permitirían liberar a la nave y que ésta pueda escapar. Han y Luke van en busca de la princesa Leia para rescatarla y tras una persecución que implica un compactador de basura y una huida tipo Tarzán,  Leia, Han, Luke  y Chewbacca finalmente están al pie de la nave; al tiempo que los androides también han llegado al hangar y Ben Kenobi se está batiendo en duelo con Darth Vader. En el último momento, Vader cercena a Kenobi, cuyo cuerpo desaparece en el acto; ante la mirada atónita de Vader y de Luke, quien se encontraba mirando en ese preciso instante desde el hangar.
La carlinga del Halcón a la velocidad de la Luz.

El halcón logra salir de la estrella y se encamina hacia la base rebelde, ubicada en la cuarta luna de Yavin (en realidad la princesa nunca cedió en su postura de no revelar el sitio de la base, pero ahora comprende que la nave está siendo rastreada y que finalmente está llevando al Imperio al lugar de la base rebelde).
La Estrella de la Muerte llega a Yavin; donde los rebeldes han encontrado la forma de destruirla; y envían 30 naves monoplazas que la atacan mientras la Estrella intenta orbitar el planeta para dejar al descubierto la luna donde está la base rebelde. Finalmente, al tercer, último y desesperado intento, Luke Skywalker, ahora piloto de la rebelión, destruye la Estrella, con Darth Vader como único sobreviviente gracias a encontrarse él también en una nave monoplaza.

Libros y universo expandido.

La primera edición

Del guión  de esta película se generó un libro: Star Wars, from the adventures of Luke Skywalker, que llegó a México a través de Editorial Planeta, publicado en una única edición, baste decir al respecto que el libro es copia fiel de lo que aparece en pantalla (ojo, no es al revés a razón de que el guión fue elaborado primero y sobre de éste se generó la novela, que si bien se publicó en 1976, la película ya se encontraba en post producción.
El Ojo de la Mente,
lo que nunca fue película.
Sobre este universo después se escribiría El Ojo de la Mente (Splinters of the mind's eye), lo que pretendía ser una continuación, que nunca llegó a la pantalla debido al guión de El Imperio Contraataca.

Crítica.

Hasta 1977, la única película con efectos visuales de alta fidelidad había sido 2001: Odisea del Espacio, y seamos honestos; la velocidad no había sido el fuerte del filme de Kubrick, sin embargo ahora George Lucas presentaba un filme profundamente innovador: el extremado nivel de detalle de las naves y objetos en pantalla, la velocidad y pulcritud de los efectos especiales y, sobre todo, la narrativa épica, con personajes novedosos, el egocéntrico Han Solo, la mandona Princesa Leia y el villano más temido del momento (y uno de los mejores de la historia), Darth Vader, quien no tiene empacho en torturar a quien sea con tal de conseguir sus propósitos. Será el primero de tres filmes donde Darth Vader verdaderamente se convertirá en un personaje para la posteridad.

El guión original tuvo numerosos cambios y fue pulido en varias ocasiones, pero los personajes fueron siempre básicamente los mismos; realmente Lucas se lució con un guión tan perfecto como narrativa es la película.
El día que la cinematografía nunca olvidará.
Otro rubro donde la película alcanza la perfección es la música. John Williams ya había trabajado anteriormente para cine y conseguido alguna estatuilla, pero con esta banda sonora se consagra como uno de los mejores compositores del gremio, al orquestar en forma fantástica los acordes que hacen sentir la emoción de las escenas que se están transmitiendo, es decir, logró llevar a la perfección el sentido de cada escena al pentagrama y finalmente, al oído del espectador.
En realidad, 2001 había utilizado música clásica; pero definitivamente que la música original de Williams queda como anillo al dedo a las escenas espaciales y como fondo temático de los personajes (mucha gente asocia el tema “Imperial March” con Darth Vader).
Defectos son pocos los que se pueden encontrar en este admirable filme, y quizá el rubro donde más los hay es del lado histriónico. En efecto, Mark Hamill no es precisamente el mejor actor que la pantalla haya visto; y por supuesto que tampoco lo es Carrie Fisher; sin embargo el trabajo es eficiente, quizá por la inercia del guión, pero en general, el trabajo de los actores, si bien no es muy notable (con excepción de Sir Alecc Guiness, el único actor que se puede jactar de haber obtenido una nominación al Óscar por Star Wars), también hay que reconocer que su trabajo es correcto y no desmerece al resto de los elementos de la película.
Con una recaudación de ¾ de billón de dólares, (léase billón en términos ingleses, 1000 millones, no en términos españoles, que es un millón de millones), se convirtió en la película más taquillera de la historia, título que retendría por cinco años, cuando en 1982, E.T., superó la cifra.
Es excelente, bien narrada y entretenida; que es lo que a fin de cuentas se busca en una película, en ese tenor, se puede considerar como una obra maestra del cine y, por supuesto una de las mejores películas que la pantalla haya visto. Quien no la haya visto, definitivamente comete un terrible sacrilegio.

Mi valoración personal:


10.0

miércoles, 21 de mayo de 2014

El Imperio Contraataca, "¿Quién es tu padre?"


En 1980, el mundo ya había sido testigo del estreno de la película “Star Wars”, una ópera espacial escrita y dirigida por George Lucas, que trataba sobre una alianza rebelde que se enfrentaba a un opresor imperio en una galaxia muy, muy lejana; como rezaba la frase inicial de la mítica película. Star Wars, o La Guerra de las Galaxias, como muchos la conocimos originalmente, se convirtió inmediatamente en un éxito taquillero por la pulcritud de sus efectos visuales y la nueva y brillante narrativa de su director; un concepto jamás visto había nacido: las películas en serie, cargadas de efectos visuales y de historias de mundos y lugares lejanos; en otras palabras lo que hoy denominamos “franquicia”.
Tres años después del estreno original, la franquicia Star Wars presenta su segunda entrega, del director Irvin Kershner, con George Lucas como productor ejecutivo y creador de la historia.
Así, el 21 de mayo de 1980, tres años después del estreno de su predecesora, se presentó lo que sería la segunda de lo que hoy se conoce como la Trilogía Clásica de Star Wars.

Sinopsis

La alianza rebelde ha destruido la estrella de la muerte, pero se enfrenta a la furia del imperio. Alojados en su base de Hoth, son asaltados por las tropas imperiales y obligados a huir. Luke Skywalker, quien disparara contra el arma máxima del imperio aquellos fatídicos torpedos de protón, es obsesivamente perseguido por el sith Lord Darth Vader, y en su busca Vader empleará toda clase de artimañas para poder seducir a Skywalker, a quien considera podría ser un poderoso aliado para la causa imperial.
Luke recibe instrucciones de acudir al planeta Dagobah para continuar su entrenamiento Jedi, y se separa de Han Solo y la Princesa Leia, quienes huyen en el Halcón Milenario para ser perseguidos a través de los años luz por los cruceros imperiales.
Luke llega a Dagobah y encuentra a Yoda, comenzando así su fase de entrenamiento Jedi, mientras que sus amigos deben sufrir la persecución por un campo de asteroides, mientras intentan reparar la nave que los lleva para poder alcanzar la velocidad de la luz y así evadir al imperio.
Cuando todo parece mejorar y Han Solo ha encontrado la manera de confundir al imperio mezclándose en la basura de uno de sus cruceros espaciales, huye a la ciudad de las nubes donde busca la ayuda de Lando Carlissian, un viejo amigo administrador de la mina de esa ciudad. De último momento Lando le traiciona y entrega a Han y Leia al imperio. Vader tortura a sus rehenes e incluso congela en carbón a Han Solo, para ser entregado a Jabba, quien ha puesto precio a su cabeza; todo ello con el fin de provocar que Luke a través de la fuerza se entere de su ubicación y decida ir en su busca.
Luke cae en la trampa de Vader y decide ir a rescatar a sus amigos, aún ante la negativa de Yoda y el fantasma de Ben Kenobi. De esa forma Luke debe enfrentarse al lado oscuro de la fuerza sin haber completado su entrenamiento.
La contienda entre Luke y Vader se vuelve cada vez más complicada, Vader es excesivamente superior a Luke en el dominio de la fuerza, pero dado que no está determinado a matarlo, sino únicamente a tomarlo como rehén para llevarlo al emperador, la batalla se complica hasta el punto que Luke pierde su mano derecha y por consiguiente el sable de luz de su padre. Es entonces cuando comienza el momento de las revelaciones. Cuando se ha llegado a este punto, el odio del espectador hacia Vader es tal que la revelación surte sus efectos tanto para el protagonista como para el público: Darth Vader revela a Luke Skywalker “Yo soy tu padre”.

Leia y Lando, quien pronto se arrepiente de su traición y decide tratar, sin éxito, de liberar a Han Solo, logran huir en el Halcón, a cuya tripulación se une Luke tras haber escapado por un pelo de las garras de Vader.
R2-D2 salva el día y logra hacer funcionar (por fin) el hiperpropulsor del Halcón Milenario y llevar a los protagonistas a territorio seguro. La película termina con la incógnita sobre si se logrará rescatar a Han Solo, a sabiendas de que está en algún confín de la galaxia, si la Alianza podrá reorganizarse después de semejante derrota y si realmente Vader dijo la verdad.

Crítica.

Dicho con modestia esta película es una de las mejores que la pantalla ha visto jamás. “Segundas partes no son buenas”, dice la gente, pero esta película rompe con esa premisa.

La trama fue calculada de tal suerte que si se le pone atención a los primeros diez minutos, ya no se podrá parar de ver el resto. Kershner nos da una película más oscura, con elementos mucho más marcados de que es el mal quien está ganando la contienda. El Imperio le propina una golpiza a la Alianza durante toda la película y a través de toda la galaxia; ello se aúna a la presentación de tres nuevos personajes: Yoda, el maestro Jedi de 800 años de edad, Lando Carlissian, el insigne administrador de la ciudad de las nubes y el Emperador, un sujeto que dará mucho de qué hablar en el siguiente filme y más aún en la trilogía de precuelas, cuyas críticas se han venido elaborando en los pasados días.
Darth Vader es el villano por antonomasia. A pesar de que vemos al Emperador, es Vader quien se convierte en el villano favorito, debido a su cruel determinación de obtener a toda costa a Skywalker; su forma de proceder es tan extrema que inspira miedo y respeto a todos los espectadores. Al momento del combate con Luke, el espectador le odia por completo, pero tras la aparición de los créditos el espectador reconocerá que es uno de los mejores personajes villanos que se la pantalla haya visto.
Por su parte, nuevamente la música y los efectos visuales son el fuerte de la película. Los efectos especiales, vistos 34 años después del estreno original (hoy se cumplen), están a la altura de cualquier estreno del año; y cuesta creer que se hayan hecho con maquetas y sin uso de ordenadores.
John Williams compone magistralmente la Marcha Imperial y le da el tono oscuro que la película debe tener, a fin de cuentas, el título nos dice mucho, porque el Imperio verdaderamente ataca y con mucho, obtiene la victoria pese a no conseguir el objetivo de capturar a Luke Skywalker.
En resumen, es una película entretenida, no me puedo cansar de verla por la forma en que maneja sus personajes y situaciones; es un clásico indiscutible e imperdible; fantásticamente buena por su composición estética y su acabadísima perfección cinematográfica.

La mayoría de los fanáticos consideran que es la mejor de todas; a mi parecer no se puede desmerecer la primera película, puesto que, como decía una extinta empresa de aviación en México: “la primera siempre será la primera”, pero eso no significa que esta no pueda compartir el honor, junto con su predecesora, de ser la mejor de la saga.
Mi valoración personal: 9.8
Calificación:

lunes, 19 de mayo de 2014

Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith.

Estrenada seis años después del fatídico Episodio I, esta entrega cumplió con 
su cometido

El jueves 19 de mayo de 2005, casi 28 años después del primer estreno (sucedido el 25 de mayo de 1977), de la saga que muchos conocimos simplemente como La Guerra de las Galaxias, la saga finalmente quedó completada.
Dos trilogías y miles de millones de dólares después, La Venganza de los Sith se proyectó como el tercer episodio en donde las primeras películas fueron las últimas y las últimas fueron las primeras.
Seamos honestos, esta película fue recibida con muchas reservas previas a su estreno debido a que La Amenaza Fantasma decepcionó mucho  (y muchísimo) y El Ataque de los Clones no fue precisamente lo que se esperaba; si la tercera cinta de la nueva trilogía era igual o peor, toda la trilogía quedaría irreparablemente destrozada.
Para quienes seguimos la saga en su totalidad, esta sexta entrega (tercera de la segunda trilogía) tenía un estándar excesivo que cubrir; Anakin Skywalker debía ser seducido al lado oscuro de la fuerza y ver la transformación del ingenuo (y algo chocante) niño de Tatooine en el Darth Vader que conocimos y nos aterró en la trilogía clásica.

Sinopsis

Dos años después de los eventos de El Ataque de los Clones, la república se encuentra en guerra contra los separatistas; los Caballeros Jedi han sido enviados a los confines de la galaxia con legiones de clones para combatir a los separatistas.
En un movimiento audaz, el líder del ejército separatista, el general Grievous ha capturado al canciller Palpatine, líder del senado galáctico; siendo rescatado en una espectacular batalla inicial por Anakin Skywalker y Obi-Wan Kenobi.
Al terminar la batalla, Anakin se entera de que será padre en pocos meses, Padmé está embarazada. En eso, empieza a tener sueños proféticos sobre la muerte de Padmé en el parto. Anakin necesita encontrar la forma de evitar que sus sueños proféticos se hagan realidad; para lo que recurre a la orden Jedi, la cual no le sirve de mucha ayuda para su propósito.
El punto máximo del guión es esta escena.

Entretanto, Anakin ha generado una íntima amistad con el canciller Palpatine, quien le ofrece un puesto como su representante personal en el Consejo Jedi. Sin embargo nada es lo que Anakin esperaba y se ve marginado en la toma de decisiones del Consejo.
Palpatine le cuenta una historia sobre Darth Plagueis el sabio, una persona que tuvo la capacidad de salvar a otras personas de la muerte; justo lo que Anakin necesita; hasta ese momento Palpatine ha sido un líder más en el senado, pero poco a poco se empieza a descubrir como el Sith que los Jedi estaban buscando.
Por otro lado, Obi-Wan ha sido enviado a combatir al General Grievous (cuando Anakin esperaba que esa diligencia le correspondiera a él), lo que finalmente contribuirá a su camino al lado oscuro de la fuerza.
Anakin se debate entre decirlo al Consejo y así ganar la confianza de ese cuerpo colegiado, pero perder la oportunidad única de obtener el conocimiento encaminado a salvar a Padmé, o bien entregarse al lado oscuro de la Fuerza. Tras haber dicho a Mace Windu, uno de los principales consejeros Jedi, la verdad sobre el Canciller, de último momento Anakin se arrepiente y llega en el momento justo en que Mace Windu está a punto de asesinar al Canciller. Anakin logra impedir el ataque y un efecto de su acción es la muerte de Mace Windu. A partir de ese momento, Anakin se entrega al lado oscuro de la fuerza, seducido finalmente por el poder de intentar salvar a su esposa de la hipotética muerte que le presagiaron sus sueños.
Anakin ataca el Templo Jedi, provocando el casi exterminio de esta orden. Después es enviado al sistema Mustafar donde se ocultan los líderes separatistas; quedando en evidencia que la guerra era sólo un farol para dispersar por la galaxia a los Jedi y convertirlos en presa fácil. Los clones han dado cuenta de todos los Jedi que estaban fuera de la capital.
En Mustafar, Anakin asesina a todos los líderes separatistas. En ese momento nace el Primer Imperio Galáctico; Obi-Wan, en conjunto con el Maestro Yoda, el Presidente del Consejo Jedi, se percata de lo que ha ocurrido de una forma estrepitosa y finalmente deciden que Yoda acuda a atacar al Emperador, mientras que Obi-Wan, quien fuera maestro de Anakin, sea quien dé cuenta de su propio aprendiz.
En una batalla épica, el Emperador no logra acabar con Yoda y viceversa; Yoda termina huyendo al exilio; por su parte, en un planeta volcánico se enfrentan Obi-Wan y Anakin en un duelo en que el segundo pierde y termina desfigurado y sin manera de seguir existiendo sin ayuda de una máquina. Allí es donde finalmente muere el joven soñador de Tatooine y nace Darth Vader como lo conocemos.
Padmé muere en el parto no sin antes haber dado a luz a gemelos, Luke y Leia, quienes serán separados y llevados, el primero con su familia en Tatooine, y la segunda adoptada por la familia Organa, líderes políticos del planeta Alderaan.

Crítica

La nueva trilogía decreció mucho en relación a su predecesora; por lo menos las dos primeras cintas. George Lucas finalmente en esta cinta se quita todas las telarañas y presenta una película con la correcta dosis de efectos visuales y una historia que todos queríamos ver.
Finalmente Anakin se convierte en Darth Vader

Cuando vimos por vez primera la Star Wars original, nos preguntamos qué o quién era ese ser enmascarado y vestido de negro y con respiración mecánica; la respuesta tardó 28 años en llegar.
Los efectos especiales son fantásticos; la era del cine digital es patente con esta película; por su parte un argumento bien logrado, con un villano verdaderamente maquiavélico (nótese que el maquiavelismo no es sinónimo de malvado, sino calculador y separado de la ética).
Las actuaciones nunca han sido el fuerte de la saga, pero si somos honestos, Ian McDarmind (Palpatine) y Ewan McGregor (Obi-Wan) hacen su trabajo de forma magnífica. Mención aparte merece Hayden Christensen que en esta entrega demuestra que sí puede dejar de lucir acartonado para mostrar al Darth Vader que muchos vimos en la pantalla en la trilogía clásica.
Por otra parte, George Lucas dirige en buena forma, y el guión tiene múltiples destellos de lucidez, como lo es la escena de la ópera; sin embargo, la verdad el guión no es el fuerte de esta película.
La trama es envolvente y ello genera que el espectador que llega al minuto 20 de la película no pueda ya parar de verla, su narrativa llega al nivel que Lucas nos tuvo acostumbrados en la trilogía clásica y, por supuesto la música es fantástica (junto con los efectos visuales, es uno de los únicos dos rubros en que toda la saga de Star Wars se puede jactar de ser uniforme en su pulcritud).
La recepción de la crítica fue mayormente positiva, sin embargo existieron detractores sobre la corta duración de los villanos secundarios; la temprana muerte de Dooku y del General Grievous hacia la mitad de la cinta; sin embargo a esos detractores sólo quisiera recordarles que el argumento principal que se quiere ver en esta película es precisamente la caída al lado oscuro de la fuerza de Anakin, y los villanos secundarios son eso, personajes de segundo plano; en realidad, con el villano principal se tiene suficiente para dar y regalar.
Es pulcra, narrativa y épica; Lucas no decepcionó en esta última entrega y logró producir una película a la altura de sus predecesoras; fue el mejor regalo que Lucas pudo dar a su audiencia, verdaderamente valió la espera de 28 años y los tropiezos para ver esta belleza de película.


Mi Valoración Personal:



9.6/10

domingo, 18 de mayo de 2014

Star Wars Episodio I: La Amenaza Fantasma.


En mayo de 1999, el mundo vio cómo una de las sagas más influyentes de la década de 1980 comenzaba. Originalmente, cuando George Lucas urdió las ideas que se convertirían en Star Wars, no había episodios, pero sí una historia que contar. Al tiempo, y tras estrenada la primera película, se hizo patente que Lucas quería hacer no tres, sino seis o nueve películas.
Tras terminar la trilogía clásica en 1983, Lucas esperó 16 años para volvernos a presentar algo relacionado con su saga galáctica; pero los años no pasan gratuitamente, y el resultado de esa larga espera se llamó Episodio I: La Amenaza Fantasma, una película que fue sumamente taquillera, pero igualmente odiada por los fans que vieron las cintas originales en el cine.
Los niños –como yo en el momento de su estreno– amaron la película en su estreno, pero después de quince años he de reconocer que mi posición sobre Episodio I ha cambiado, de ser una fabulosa cinta, a ser la peor de la saga de Star Wars.

Sinopsis

En una galaxia muy, muy lejana, un planeta llamado Naboo es bloqueado e invadido por la Federación de Comercio; la reina de ese pequeño planeta logra huir con ayuda de dos caballeros Jedi, guardianes de la paz y la justicia en la República (una especie de confederación de planetas), de nombres Qui-Gon Jinn y Obi-Wan Kenobi.
Qui-Gon Jinn, el único personaje
que vale la pena... y lo matan.

Su viaje a la capital se ve truncado por la necesidad de reparar la nave, y aterrizan en el planeta Tatooine, donde la esclavitud y la pobreza son rutinarias. Sin fondos en dinero local, se ven obligados a recurrir a la ayuda de un joven llamado Anakin Skywalker; un esclavo local que compite en carreras de pods, quien en una espectacular carrera logra ganar el dinero necesario para efectuar las reparaciones que la nave de la reina necesita, al tiempo que gana su libertad.
Anakin se une al grupo de los caballeros Jedi para buscar convertirse en uno, y así se reemprende el viaje a la ciudad de Coruscant, un planeta entero hecho ciudad, en donde la reina expone su punto ante el Senado Galáctico, del que recibe poca ayuda, viéndose obligada a presentar un voto de no confianza en la capacidad del Canciller, forzando elecciones anticipadas de las cuales el senador de su planeta (Palpatine) pretende alzarse como ganador.
Al ver el nulo trabajo del senado, la reina decide regresar a su planeta y tratar de combatir al invasor; en tal situación, los caballeros Jedi la acompañan con el futuro de Anakin incierto (el Consejo Jedi negó prima facie la admisión de Skywalker, pero estableció que luego lo discutiría en definitiva).
La reina recibe la ayuda de unos sujetos llamados gungans, y consigue derrotar al enemigo, al tiempo que en un duelo con sables de luz, Qui-Gon Jinn es asesinado por Darth Maul, un caballero oscuro (Sith), y que Palpatine gana las elecciones y se convierte en el nuevo canciller.

Crítica

Visto con la frialdad de la sinopsis de los párrafos precedentes, la película podría sonar interesante, y en sí, su trama lo es, sin embargo; tengo que decirlo, esta es la PEOR película de Star Wars que se pudo haber producido jamás (y no guardo reservas de lo que se está haciendo actualmente toda vez que en mi opinión, lo que se haga de Star Wars después de 2012, ya no es, propiamente dicho, Star Wars en sentido estricto, sino una extensión más, pero eso será materia de análisis en otra entrada).
El 3D no ayudó de mucho a la historia.

No hay muchos argumentos a su favor, comenzando por que la película es excesivamente infantil, con una notoria falta de épica y profesionalismo en su guión. Me explico: uno entiende que Anakin Skywalker sea un personaje de 9 años de edad; pero lo que no se puede entender es que un personaje como Jar-Jar Binks pueda existir en cualquier parte del universo, sencillamente, es grotesco el número de tonterías que comete en un intento de divertir en lo que más bien debería ser el épico inicio de una saga dramática.
Por otro lado, los villanos; en efecto se entiende que serán etéreos, como el propio título del episodio lo refiere, sin embargo, el famoso Darth Maul daba para mucho más en la saga, y es cortado por la mitad por Obi-Wan Kenobi, sin que vuelva a tener participación activa en la saga.
Finalmente, el problema medular: el filme es demasiado político, desde un inicio tiene una serie de politiquerías que no encajan del todo por ser  demasiado aburridas. La política dentro de un filme no es mala, pero hacerla excesiva y además aburrida, arruina la experiencia.
Darth Maul, el villano que pudo ser.

El resto de la película son efectos visuales, rubro en el que destaca esta película, y su música, que también es digna de calificarla favorablemente. Los aspectos positivos son pocos, realmente, y los negativos pesan demasiado al hacer el balance final
Al final, la película pasa el examen; pero sólo porque sus efectos especiales, la música, la caracterización y la ambientación hacen eficientemente su trabajo, no tanto por un guión notable o un argumento excelso; en resumen, pasa no por lo esencial, sino por lo accesorio.
Mi Valoración personal:


7.5

viernes, 16 de mayo de 2014

Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones


El 25 de mayo de 1977 el cine cambió para siempre. La industria cinematográfica vio de forma drástica cómo la forma de contar historias, a partir de esa fecha, no podía ser ya la misma.
Más allá de los efectos especiales (que son un mucho responsables del tremebundo éxito) la historia fue diferente y original: no es que no hubiera habido antes una película espacial, sólo que nunca había sido narrada en esa forma tan diferente, donde los límites de los descubrimientos científicos se ven anulados por completo (y por supuesto eso significa que mucho de lo que vemos en pantalla en realidad no podría ocurrir ni con todos los avances científicos).
Hace un par de días se celebró el cumpleaños de George Lucas, creador de todo ese mundo mítico que nació el 14 de mayo de 1944 en Modesto, California; pero hoy, 16 de mayo, se cumplen doce años del estreno de Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones, estrenada en un día como hoy, pero del lejano año de 2002, año en que las tres principales sagas de la década del 2000 exhibieron sus segundas entregas (El Señor de los Anillos: Las Dos Torres y Harry Potter y la Cámara delos Secretos).
Cabe hacer la aclaración que, si bien es cierto existe una versión novelada y otra en cómic de cada una de las entregas de Star Wars, lo primero que fue escrito en todos los casos fue el guión de la película, sobre del cual se efectuaron las adaptaciones en historieta y en novela.

Sinopsis

Advertencia: No sigas leyendo si no has visto la película
Diez años después de los hechos ocurridos en La Amenaza Fantasma (Cuya reseña tengo reservada para el día domingo 18 de este mes), Anakin Skywalker es un aprendiz de Jedi, discípulo de Obi Wan Kenobi; y por otro lado, la otrora reina de Naboo, Padmé Amidala es ahora senadora por su planeta y vive en la capital. Pero eso no es todo: diversos grupos han mostrado sus intenciones de abandonar la república galáctica, ante lo cual el senado está promoviendo la creación de un ejército para combatir los intentos secesionistas (es obvio que Lucas quiso asemejar su historia a la Guerra Civil norteamericana en que los Confederados peleaban por separarse de la Unión, y los Yankees peleaban para mantenerlos unidos).
Ante esto, y toda vez que Amidala es sumamente liberal y cuestiona de manera abierta la creación militar, se ha hecho de un grupo de enemigos que pretenden darle muerte; por lo que sufre atentados. En tal situación, se envía a Anakin a protegerla y a Kenobi a investigar al atacante.
Los caminos de Anakin y Kenobi se separan por vez primera en diez años. Anakin va con Padmé a su planeta natal para esconderse, mientras que Kenobi viaja al planeta Kamino, de donde proviene una de las armas del atacante de la senadora.
Kenobi descubre algo interesante: hace diez años se encargó a los pobladores de Kamino (expertos en el tema de clonación) la creación de un ejército de un millón de soldados para la república, supuestamente por un Jedi.
Por otra parte, en Naboo, el amor de Anakin por Padmé florece en una forma alarmante (y melosa, a la vez), sin embargo se ve interrumpido por los sueños de Anakin en relación a su madre, de quien no ha tenido noticias en diez años y supone, está sufriendo. Así, Anakin y Padmé emprenden la búsqueda en Tatooine, dando con su último domicilio conocido, su último esposo y familia; pero enterándose de que fue raptada por los moradores de las arenas hace un mes, y que lo más probable es que esté muerta.
Anakin emprende en solitario su búsqueda y finalmente la logra encontrar, pero ella se encuentra agonizando y, como diría William Shakespeare: muere.
Por otro lado Kenobi persigue al atacante de la senadora, de quien presume es la persona que se prestó como modelo para los clones en Kamino; siguiéndolo hasta el lejano planeta de Geonosis, donde es capturado por el líder separatista, el Conde Dooku.
Anakin lleva a cabo el funeral de su madre y va en camino a ayudar a Obi-Wan, no sin antes haber explotado en rabia y aniquilado a la población moradora de las arenas que tenía a su alcance, al momento de la muerte de su madre.
En Geonosis Anakin y Amidala también son capturados y enviados a una especie de circo romano, de donde son rescatados por los clones y algunos caballeros Jedi.
Así, la mortaja del lado oscuro cae, y la guerra de los clones comienza, al tiempo que, en secreto, Anakin y Padmé, pronuncian sus votos matrimoniales.

Crítica


He de ser honesto en decir que esta no es mi película favorita de la saga; en realidad, la trama es contada en esta ocasión de una forma muy lenta, de tal suerte que entre la cantidad de política que hay alrededor, y la melaza del romance de Anakin y Padmé, la mitad de la película es poco menos que aburrida; comienza a tomar forma hacia su segunda mitad, donde realmente pasa lo que tenía que pasar, la muerte de la madre de Anakin le da el toque dramático que se necesitaba para desatar en El Elegido la furia de que se hizo tanto alarde en El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi.
Un tema que va muy de la mano con lo anterior es la duración de la película; ésta es, sin lugar a dudas, la película más larga de la saga, y los 143 minutos se sienten en todo su esplendor, dado que es sólo hacia la parte final, donde estalla la guerra y la pelea entre Yoda y el Conde Dooku se muestra en todo su esplendor, que el filme realmente alcanza el estándar que una película de Star Wars supone. No es completamente mala, en realidad, tiene muchos puntos positivos, pero en realidad todos los defectos pesan al hacer el balance final. 
Aquí empieza la parte verdaderamente buena de la película
Las actuaciones no están del todo mal, si se exceptúa un poco la de Christensen que, en mi opinión, aparece un poco acartonado en esta cinta y es superado en mucho por Ewan McGregor y Natalie Portman. La historia es más sensata y lograda que su predecesora (Episodio I es, en mi opinión, la peor de la hexalogía), pero aún así no da del todo el ancho.
Mi Valoración personal:


8.3