En la primavera de 2012 llegó a mis manos un
libro de apenas doscientas páginas y cuya adaptación cinematográfica se hizo
con un sinnúmero de nominaciones y varios premios de las principales academias
de cine en todo el mundo.
Sinopsis
(Aviso: Esta sección puede contener información que quizá no quieras conocer ahora mismo, si es así, sáltala y continúa leyendo en la sección Crítica)
Bernhard Schlink, un abogado y escritor alemán nos narra la historia de Michael Berg, un adolescente de 15 años que se enferma de hepatitis. En los inicios de la enfermedad, cuando ésta comienza a mostrar síntomas, un día lluvioso de la Alemania Federal de 1958, sufre un episodio de vómito en un edificio al volver a casa. En ese momento, una de las habitantes del edificio llega, y ayuda a Michael a limpiarse y a llegar a casa sano y salvo. El muchacho pasa los siguientes tres meses en casa a causa de la enfermedad que lo aqueja.
Bernhard Schlink, un abogado y escritor alemán nos narra la historia de Michael Berg, un adolescente de 15 años que se enferma de hepatitis. En los inicios de la enfermedad, cuando ésta comienza a mostrar síntomas, un día lluvioso de la Alemania Federal de 1958, sufre un episodio de vómito en un edificio al volver a casa. En ese momento, una de las habitantes del edificio llega, y ayuda a Michael a limpiarse y a llegar a casa sano y salvo. El muchacho pasa los siguientes tres meses en casa a causa de la enfermedad que lo aqueja.
Pasada su enfermedad, Michael regresa a
agradecer a la mujer su ayuda en aquél momento. En ese encuentro, la mujer,
cuyo nombre es Hanna, descubre a Michael espiándola mientras se cambia, puesto
que él se siente atraído hacia ella. Michael sale corriendo tras ser
descubierto, pero días más tarde regresa al lugar, donde Hanna le pide que le
ayude a recoger carbón. Cuando se percata de que se Michael se ha ensuciado con
el carbón, Hanna le ofrece un baño y lavarle la ropa. Allí comienza un idilio
que durará unos meses, con una rutina interesante: Hanna y Michael tienen
relaciones sexuales, pero previamente ella le pide a él que le lea algún pasaje
de sus libros del colegio.
El idilio tiene particularidades
interesantes: pese a su constante encuentro físico, Hanna es muy reservada emocionalmente,
y se muestra algo fría (más de lo que suelen ser los alemanes). La rutina de
tener sexo tras la lectura se hace constante siempre que Michael regresa de la
escuela y Hanna de su trabajo como verificadora de boletos en el tranvía.
Un buen día, Hanna desaparece sin dejar el
menor rastro. A Michael le afecta un poco, pero logra superarlo con el tiempo.
Siete años más tarde, Michael es ahora un
estudiante de la carrera de Derecho, y es llevado a presenciar un juicio en
contra de varias mujeres que servían de guardias en Auschwitz y que habían
permitido que muchas mujeres murieran en el incendio de una iglesia, al no
dejarlas salir.
Una de las juzgadas es precisamente Hanna,
quien debido a su intención de aceptar los crímenes que le son imputados, es
rápidamente colocada como la que había ordenado todo lo sucedido, es decir, que
el resto de las juzgadas seguían sus órdenes. El problema es que Hanna es
analfabeta, sin embargo, en aras de ocultar su condición, reconoce los
documentos que se le atribuyen, y consigue así una sentencia por cadena
perpetua. De igual forma, en el juicio se descubre que Hanna seleccionaba a las
prisioneras más débiles para que les leyera en voz alta; y después de eso las
enviaba a una muerte segura en la cámara de gas.
Así, pasan los años, y un buen día,
Michael, ya crecido y con una hija producto de un naufragado matrimonio, decide
grabar cintas de lecturas de diversos libros de literatura clásica, y enviarlos
a la prisión donde Hanna se encuentra recluida. De este modo, Hanna consigue,
de forma autodidacta, aprender a leer y escribir. Michael es testigo de su
progreso, pero rehúsa contestar a Hanna con algo más que con las grabaciones. Finalmente,
un día recibe una llamada comunicándole que Hanna será puesta en libertad tras
18 años, y dado que es la única persona que se ha puesto en contacto con ella,
de él será la tortuosa tarea de encontrarle casa y trabajo.
Michael prepara todo para la liberación de
Hanna, e incluso la visita días antes de que se suceda su liberación, pero
justo un día antes de que ello ocurra, Hanna se suicida. Michael queda
obviamente devastado; y se entera de que Hanna había dejado alguna clase de
testamento, en el cual pide que sus ahorros sean donados a la única superviviente
del incendio de la iglesia. Tras tratar de entregárselo, la mujer se rehúsa,
pero accede a que sea donado a una organización judía que luche contra el
analfabetismo.
De vuelta a Alemania, Michael visita la
tumba de Hanna por única vez.
Crítica
La historia que plantea Schlink es por
demás interesante. En primer lugar se trata de la historia de la Alemania tras
un período que sus habitantes quisieran olvidar por completo, los horrores y
atrocidades vividas en el período de 1939 a 1945 son innumerables. De este modo
Schlink nos pone el tablero, y las piezas con magistral simplicidad, puesto que
no se complica con descripciones demasiado detalladas, y narra con fluidez y
maestría una historia con giros y secretos que se conjugan de una manera que es
pocas veces vista.
La trama es madura, con su toque de sexo,
historia verdadera, ficción y drama legal que atrapará a muchos lectores y, en
mi opinión es una brillante obra de ficción que pudo ser realidad, y que en
ello recae su mérito, definitivamente el autor tuvo un genio enorme al
escribirla y más al idearla, la historia vale la pena, se mire por donde se
mire, y se lee en poco tiempo, lo que hará que los lectores más perezosos la
puedan terminar en poco tiempo. Muy buena.
La película: Inmejorable.
Las adaptaciones cinematográficas tienen un
estándar que cubrir, y se trata obviamente de la obra que les dio base. Esta película
cuenta con actores de primera talla, Kate Winslet como Hanna, Ralph Fiennes
como Michael adulto, David Kross como Michael adolescente, entre otras
interesantes como Bruno Ganz (quien interpretara magistralmente al Führer en La Caída) en el papel de un profesor de Michael durante el juicio, hacen una
suma de gran interés.
Las actuaciones simplemente están sublimes.
Kate Winslet se lleva el óscar (literalmente) por esta película, y el resto del
elenco lo hace estupendamente. La escenografía y caracterización son tan buenas
que se logra distinguir correctamente los saltos temporales de la historia;
aunado a una edición bastante lograda, en donde las similitudes con el libro
son tan marcadas y profundas, que es poco lo que se queda fuera de la
adaptación.
Definitivamente esta película es una de las
mejores adaptaciones cinematográficas que he visto, y me atrevo a decir que una
de las mejores películas también. Simplemente, excelente.
Mi valoración personal:
Del libro:
9.5
9.5
De la película:
9
9
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