jueves, 16 de enero de 2014

Los Juegos del Hambre. ¡Que comiencen!


Este invierno decidí dar una oportunidad a una novela de la que había oído hablar mucho. Cuando la película salió en cines decidí no verla porque mi política siempre ha sido: no ver una adaptación sin haber leído el libro primero.

Sinopsis

(Advertencia: esta sección puede contener información que, si vas a leer el libro, quizás no quieras conocer ahora mismo, si es así, sáltala y ve a la sección Crítica)
Suzane Collins presenta la historia de Katniss Everdeen, en un país futuro y distópico llamado Panem, donde cada año el Capitolio organiza lo que se denomina “los juegos del hambre” entre los doce distritos que dividen dicho país.
Katniss ha tenido que sobrevivir a la pobreza en que el Capitolio tiene sumidos a los distritos a través de actos que se consideran ilegales, como cazar o salir del distrito. El día de la selección, la hermana de Katniss es elegida tributo del distrito para competir en los juegos, Katniss ocupa su lugar, dado que su hermana cuenta con sólo 12 años de edad.
De manera sorprendente, Katniss supera a todos los demás contendientes en los preliminares, y en la arena, pese a tener una única aliada, logra permanecer con vida el tiempo suficiente para que la regla cambie: ahora pueden ganar dos sujetos. De ese modo ella busca a su compañero masculino del Distrito 12, Peeta, quien había confesado públicamente su amor por ella en una entrevista semanas antes. Así, consiguen ser los únicos supervivientes, pero en una jugada arriesgada, el gobierno vuelve a cambiar la regla. Ellos deciden dejar de jugar y suicidarse, y justo en el momento en que lo van a hacer, los declaran triunfadores de los 74 juegos del Hambre.
No obstante, esa acción es considerada una especie de sedición, y tanto Katniss como Peeta son considerados los responsables de lo ocurrido, puesto que ha puesto el dedo en la llaga de los Distritos, es decir, el país se encuentra al borde de una rebelión, todo gracias a los juegos.

Crítica

Toda trilogía tiene reglas básicas. Algunas las siguen al pie de la letra, otras no tanto; pero una trilogía que se precie de serlo con todas sus letras tiene una primera parte que es el planteamiento de personajes, lugares y situaciones, con una historia que comenzará y parecerá terminar, dejando algunos cabos sueltos; la segunda tendrá más acción y será más oscura, comenzando una historia que quedará a medias, y que se concluirá en la tercera entrega, que es algo así como el allegretto, el final espectacular.
He de decir que la primera entrega de Collins es correcta con la regla que antes cité. La historia fluye correctamente, presenta desde un principio la historia de un mundo distópico, raro, diferente al actual, personajes que tienen intereses y debilidades acordes a su realidad y una prueba que solventar. El ritmo de la historia se narra con brillantez, con giros calculados para tener un efecto perfecto en el lector, aunque las dudas lo carcomerán casi hasta el final.
El lado negativo es que la historia es demasiado predecible en algunos momentos. Pese a que varios de sus giros son totalmente inesperados, de repente me parecía que a Katniss se le daba muy fácil avanzar en los juegos, es decir, faltó una prueba más grande, más monumental; pero el objetivo de dar inicio a la trilogía se logró sin necesidad de más; por otro lado los personajes me parecen algo trillados, como sacados de un molde prediseñado para “buenos” y “malos”. El balance es positivo, pero reitero que hubo aspectos que resultaban un tanto cuanto predecibles y los personajes un tanto cuanto forzados o bien bastante estereotipados.

La película: Un roto para un descosido


Si el libro tiene deficiencias insoslayables, la película los tiene más. La dirección me parece débil, un tanto lejana, y pese a que algunos de los actores hacen mucho de su trabajo, en realidad faltó ver la dirección en algunas escenas y secuencias. La música no es cosa del otro mundo, y he de decir que toda buena película que se precie de serlo, tiene una música impresionante.
Ahora bien, el lado positivo se ve en los vestuarios y caracterización. Los juegos se ven increíbles, y en efectos la película es buena, pero no notable; el guión es un tanto cuanto forzado y con una tendencia clara hacia el romance más que hacia la acción. Soy de la idea que para que una historia funcione debe tener romance, pero no tanto. A veces la miel empalaga.
En general, la película también pasa el examen, pero desafortunadamente no logra conjurar los fantasmas del libro y aún más, se crea sus propios demonios. Vale la pena verla, de cualquier modo.

Mi valoración personal:


Del libro:
Calificación:
8/10


De la Película:
Calificación:
7/10

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